Este sábado 8 de enero se cumplió el sueño que tenía Martha Sepúlveda, una mujer de 51 años que vivía en Medellín y se convirtió en la segunda paciente no terminal que recibe la eutanasia en Colombia. Ella solicitó el procedimiento desde hace tiempo y se lo aprobaron en un primer momento, en octubre pasado se lo negaron, pero luego de una batalla jurídica con la IPS que la atendía pudo hacer valer su derecho a morir dignamente y descansar como lo quería.

La antioqueña padecía desde hace tres años esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad que afectó seriamente sus piernas y casi que no le permitía caminar. Su historia conmovió al país y tuvo repercusión en diferentes partes del mundo.

La familia de Sepúlveda prefirió no volver a dar declaraciones ante los medios de comunicación luego de que a ella le negaran la eutanasia días después de que ella contara su deseo de morir en la televisión nacional. Lo que está claro es que ellos siempre la respaldaron en su decisión y la acompañaron en se deseo hasta el último momento.

Quienes sí se pronunciaron luego de la eutanasia de Martha fueron los abogados que la acompañaron en esa batalla jurídica que tuvo que dar para que se hiciera su voluntad. Los letrados indicaron en un comunicado que la paisa falleció totalmente agradecida con todas las personas que la apoyaron durante sus últimos meses de vida y que respetaron su deseo de morir dignamente.

“Martha partió agradecida con todas las personas que la acompañaron y la apoyaron, a quienes oraron por ella y tuvieron palabras de amor y empatía durante estos meses difíciles. El legado de Martha se construye sobre las historias de vida y los casos que a lo largo de 29 años han llegado a la Corte Constitucional y han permitido que Colombia sea uno de los pocos países del mundo en los que la muerte digna y la eutanasia son un derecho de los ciudadanos”, indicó la firma de abogados Laboratorio de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en un comunicado.

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Sepúlveda murió asistida en la IPS Incodol, en Medellín, acompañada de su hijo, quien la respaldó en toda su lucha, y una sobrina. En ese mismo centro médico fue en el que no se pudo realizar el procedimiento el pasado 10 de octubre, luego de que en un comunicado del Comité Científico Interdisciplinario del Instituto colombiano cancelaran el proceso a pocas horas de que se lo practicaran.

Luego de una disputa legal en la que sacaron a relucir varias irregularidades, el juzgado 20 de Medellín le ordenó a la IPS acordar el día a realizar este procedimiento que sucedió en la mañana de este sábado y que puso fin a su calvario con la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que estaba degenerando su vida, según dijo ella y sus familiares.