Víctor Escobar fue noticia este viernes 7 de enero, ya que por fin le practicaron la eutanasia que tanto esperó en los últimos años. El caleño tuvo que superar todo tipo de complicaciones para que le aprobaran dicho procedimiento, pero finalmente lo recibió y pudo descansar en paz como quería. El hombre de 59 años fue generoso y donó varios órganos.

De esta manera, Escobar se convirtió en el primer paciente no terminal que recibe la eutanasia en Colombia. Él vivía en Cali y padecía desde hace más de dos años enfermedades absolutamente dolorosas, incapacitantes e incurables. Durante ese tiempo, el vallecaucano sufrió dos accidentes cerebrovasculares, le practicaron cuatro cirugías de columna, al mismo tiempo que aquejó enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), diabetes, hipertensión y parálisis parcial.

Luego de que se confirmara la muerte de Escobar, él se convirtió en tendencia en las redes sociales y se fueron conociendo detalles sobre su vida que pocos sabían. Por ejemplo, él era hincha del Deportivo Cali y tuvo la fortuna de morir viendo a su equipo ganar el título del fútbol colombiano hace un par de semanas.

El día que el Cali le ganó la final al Tolima, Escobar dejó un mensaje en su cuenta de Twittter, celebrando la décima estrella de su equipo y agradeciéndole directamente a Teófilo Gutiérrez. Lo llamativo de la publicación fue que Víctor compartió también una foto con el popular ‘Teo’ desde la sede de entrenamiento del cuadro ‘azucarero’, lo que quiere decir que hace en sus últimos meses de vida también tuvo el lujo de conocer personalmente a los jugadores del club.

“Teo. Lograste hacer parte de este equipo y sacarlo campeón. Gracias por este regalo de Navidad. Mi partida está cerca pero partiré feliz. Gracias a todos ustedes jugadores, cuerpo técnico y dirigentes”, señaló el hombre que pasó a la historia por haber recibido la muerte asistida sin ser un paciente terminal.

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El hombre fue llevado a las 4 de la tarde a un centro médico de Cali para ser sometido a la eutanasia pasadas las 9 de la noche, procedimiento por el que luchó por más de un año para que finalmente le fuera autorizado en junta médica de la EPS Coomeva.

“No les digo adiós, sino hasta luego”, fueron algunas de las palabras del paciente antes de entrar a la clínica en la que fue recibido.