Hasta el momento, las autoridades solo habían entregado la identidad de Édison Javier Cruz Torres, como uno de los presuntos ladrones que atacó al médico en el puente de la calle 121 con carrera Novena, en el norte de la capital.

Pero fue la Agencia de Periodismo Investigativo (API) la que reveló, este martes, los nombres de los otros dos implicados, que también murieron en el sitio de los hechos: José Arley Murcia Moreno y Óscar Leonel Garavito Monroy.

El medio, que dirige el periodista Norbey Quevedo, asegura que luego de revisar los antecedentes de estos dos hombres encontró que, en el pasado, tuvieron “varias actuaciones al margen de la ley” y que ya habían sido detenidos, el 14 de diciembre de 2019, “por el delito de receptación”.

Es más, dice API, “los registros evidencian que de tiempo atrás venían haciendo sus actuaciones delincuenciales conjuntamente”. Pese a ello, el Juzgado Tercero de Control de Garantías “declaró ilegal la captura” y los dos hombres volvieron a las calles.

El medio dio a conocer que aunque el proceso contra Arley Murcia y Leonel Garavito fue enviado a los juzgados de Paloquemao para que la Fiscalía continuara la investigación, “este no se volvió a mover desde entonces”.

Fue por eso que el designado fiscal general, Francisco Barbosa, calificó este proceso como “una vergüenza”, y en entrevista con Blu Radio, el 31 de enero, dijo que estos dos hombres no debían estar libres sino que había que “aplicar la Constitución y la ley”.

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Pero la API entrega otro detalle y es que a Murcia Moreno la Fiscalía le abrió un proceso, en agosto de 2012, por “lesiones personales”, pero en ese caso tampoco hubo decisiones definitivas.

Finalmente, el medio dice que en cuanto a Cruz Torres, de 27 años, no se encontró información en las bases de datos ya que “sus actuaciones no fueron judicializadas”, aunque en un primer momento se dijo que tenía antecedentes por falsedad en documento privado y hurto calificado.

Los nombres de los presuntos ladrones se conocen en medio del debate de si lo del médico fue un acto de defensa personal, ya que su abogado, Hernando Benavides, le contó a Blu que a su cliente “lo quisieron someter para, seguramente, llevarlo a un carro. […] Él decía que el propósito de uno de ellos era que lo metieran al carro con un tiro”.

Así las cosas, el hombre señalado de conducir el vehículo fue cobijado con casa por cárcel mientras avanza el proceso.