Por: El Colombiano

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Este artículo fue curado por Frank Hoyos   Sep 21, 2023 - 3:15 pm
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El escritor y periodista antioqueño Héctor Abad Faciolince, víctima de un ataque ruso a un restaurante en la ciudad ucraniana de Kramatorsk, reconoció que tras aquel suceso quedó “muy golpeado psicológicamente”, aunque adelantó que sí volverá a Ucrania cuando gane la guerra y “logren expulsar a los invasores”.

“Si logra ganar la guerra, si logra expulsar a los invasores, ahí volveré a Ucrania. Pero durante la guerra no sería capaz, quedé muy golpeado psicológicamente y mentalmente como para atreverme a volver ahora”, explicó Abad a Europa Press antes de participar en un debate sobre literatura acogido por Casa de América.

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Abad detalló que el pasado mes de junio decidió viajar a Ucrania para asistir a una feria del libro en Kiev con motivo de la publicación de una obra suya en ucraniano, y también para presentar en territorio ucraniano la iniciativa Aguanta Ucrania, un movimiento latinoamericano en contra de la guerra.

Así, el periodista relató cómo en los últimos compases de su visita a Ucrania decidió junto a sus compañeros de viaje –el exalto comisionado de paz de Colombia Sergio Jaramillo, la periodista Catalina Gómez y la escritora ucraniana Victoria Amelina– acudir a una pizzería en Kramatorsk para una última cena de despedida.

En ese momento, poco antes del inicio del toque de queda nocturno que impera en Ucrania, un misil ruso “de 600 kilogramos de explosivo y altísima precisión” impactó en el techo del establecimiento, que cayó sobre las decenas de comensales de la pizzería, donde estaba Abad.

“Por suerte estábamos en la terraza, al menos por suerte para la mayoría de nosotros, pero en la explosión, no sé con qué, Victoria cayó herida (…) algo le entró por detrás del cráneo al cerebro y ya nunca se recuperó”, narró el escritor, que recordó aquellas “escenas de muerte, sangre y gritos”.

El ataque ruso, condenado abiertamente por gran parte de la comunidad internacional, se saldó con un balance de trece civiles muertos y otros 60 heridos, a los que, de acuerdo con el escritor, hay que sumarle las víctimas militares que nunca se confirmaron.

Melina terminó falleciendo días después en un hospital de Dnipró, mientras que Abad, Jaramillo y Gómez sufrieron heridas de diversa gravedad, aunque finalmente se recuperaron satisfactoriamente y lograron salir de Ucrania rumbo a Polonia, Alemania y más tarde ya hacia su Colombia natal.

Aquel viaje, aunque con trágico final, sirvió al escritor para conocer de primera mano la situación de ciudades devastadas por la guerra, como Járkov o Izium, y también para conocer la realidad de la población civil ucraniana, golpeada día a día por un conflicto bélico desatado en febrero de 2022 y que avanza sin solución de continuidad.

Petro y su “nostalgia extraña” de la Guerra Fría

Si aquel suceso sirvió de algo, fue para que el presidente de Colombia, Gustavo Petro, proclamase días después probablemente su primera “declaración explícita de condena” a la guerra en Ucrania, si bien esta se produjo tras “un comunicado muy neutral” del Ministerio de Relaciones Exteriores, apuntó Abad.

Sin embargo, el escritor colombiano reprochó a su presidente una serie de “declaraciones muy extrañas” en las que habría reconocido su indecisión a la hora de escoger entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, o el presidente ruso, Vladimir Putin; u otras en las que apuntó que la caída del muro de Berlín fue la peor tragedia política del siglo pasado.

Sus declaraciones son un poco contradictorias o caóticas. O tiene una nostalgia extraña de la Guerra Fría que no alcanzo a comprender”, lamentó Abad, quien además consideró que Colombia, junto con otros tantos países latinoamericanos, no está siendo lo suficientemente contundente contra Rusia.

“Varios países latinoamericanos han asumido una posición muy pasiva (…) a veces de apoyo a Rusia, como el caso de Nicaragua, de Cuba o de Venezuela; a veces de neutralidad, como el caso de Brasil, México o Colombia”, señaló el escritor, que tachó de “lamentable” esta posición.

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“Me parece que la neutralidad ante una agresión tan clara y ante una violación de todas las leyes internacionales tan clara es lamentable”, reprochó Abad, que además aseguró que las potencias que apoyan a Rusia, “como Irán, Corea del Norte o algunos africanos (…) no están entre los países más recomendables del mundo”.

En este punto ha aludido a Aguanta Ucrania, cuyo propósito original era precisamente el de “crear una conciencia entre la población latinoamericana”, un continente que ha sido “respetuoso” con las fronteras internacionales desde hace “más de un siglo” y que lleva “muchísimos decenios sin una guerra internacional”.

Más allá de las fronteras latinoamericanas, Abad consideró que el Kremlin especula con una posible victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre de 2024, pues un nuevo triunfo del expresidente –cercano a Putin– haría “mucho más difícil” que Kiev recibiera apoyo de Washington.

“Los rusos están esperando a ver si Trump gana las elecciones. Trump, como lo era (el ex primer ministro italiano Silvio) Berlusconi, como lo es en parte (el primer ministro húngaro, Viktor) Orbán, la extrema derecha de muchos países, son mucho más cercanos a Putin que a la Unión Europa”, aseveró.

La solución es “fácil”, que Rusia se retire

Preguntado por la solución a la guerra, en la que el diálogo entre las partes está roto prácticamente desde el comienzo, Abad manifestó que esta es “fácil”, pues bastaría con que Rusia se retire de los territorios ocupados y respete los tratados firmados cuando Ucrania entregó su armamento nuclear en 1994.

Sin embargo, el escritor está convencido de que esto no sucederá, porque supondría una inexcusable derrota para el presidente Putin que tras iniciar una guerra contra un país más pequeño y con menos potencial armamentístico, quedaría en evidencia para los suyos.

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“Me temo que en una situación así, de un trozo de Ucrania ocupado, minado, lleno de trincheras construidas por los invasores rusos, se va a producir un largo periodo de conflicto, de estancamiento, a no ser que Occidente suministre muchas más armas a Ucrania, cosa que no sé si va a suceder”, apuntó.

Finalmente, indicó que la invasión fue quizás más un ataque preventivo ruso ante el avance de los valores europeístas en Ucrania. “Están luchando contra un modo de vida que, si se impusiera en Ucrania, si empezaran a vivir como se vive en Europa Occidental, pues en poco tiempo Putin sentiría que sus pies se le mueven”, concluyó.

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