En una conversación con la revista Cambio, el también senador se refirió a varias de las dificultades que, supone, tendrá su administración, esa que comenzará el próximo 7 de agosto cuando Iván Duque abandone la Casa de Nariño.

Los entrevistadores destacaron que no solo su votación ha sido la mayor para elegir un presidente sino que su contendor tuvo la segunda más alta, y Petro destacó que todo viene del “mismo sentimiento político” con el que muchos colombianos votaron hace 4 años por Duque.

“Allí hay un país que ha sido poco entendido por las fuerzas progresistas de Colombia. Es un país, digamos, de clase media, relativamente estable. Hay un campo popular también que le apuesta a que Colombia no cambie, o a que cambie en un sentido diferente al que nosotros pensamos”, añadió.

Además, el presiente electo destacó que tiene un reto grande para mentener la gobernabilidad con los apoyos que ha confirmado hasta ahora de varios partidos en el Congreso.

“Eso tiene que servir para algo. El objetivo es construir un nuevo clima político. Hay que luchar tanto con el sectarismo de las derechas como con el sectarismo de las izquierdas, porque la polarización es eso“.

Recordó que esos extremos llevan a la violencia al tiempo que destacó el diálogo que Álvaro Uribe le aceptó y la que también espera tener con Rodolfo Hernández, que aparentemente aceptó la curul en el Senado que le otorga el Estatuto de la Oposición, pero que sigue en vilo.

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Petro insiste en que su gobierno se basará en “construir un clima de paz, de diálogo, sin pensar en unanimismos, porque eso no va a existir nunca en una sociedad humana”.

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El próximo jefe de Estado reconoció que el cambio del que tanto ha hablado debe darse rápido: “Si pasa un año y no sucedió nada, el Gobierno empieza a tener vientos en contra y las posibilidades de las reformas se deshacen y el cambio se vuelve una ilusión”.

En ese sentido, confesó, existe un miedo de terminar parecerse a los políticos que tanto ha criticado y que todo quede en promesas.

En especial porque reconoció que su administración de la Nación se debatirá entre “dos fuerzas que se tensionan”. Una de ellas, considera, son efectivamente los políticos tradicionales que trabajarán “para que no cambie nada”.

“Esa es una fuerza que actúa y va a actuar implícita y explícitamente. Entonces muchas agrupaciones dirán vamos a volvernos del Gobierno, vamos a entablar el diálogo con el Gobierno, pero para achicar sus reformas, para moderar o morigerar”, agregó.

Pero la fuerza que le preocupa es la de la ciudadanía que confió en él y le entregó más de 11 millones de votos para que llegara a la Presidencia de Colombia.

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Así explicó su visión de lo que será la juventud los próximos 4 años:

“Otra fuerza que va a estar en la base misma de la sociedad es la que ha votado. Es la que salió de entre las piedras. Son esos jovencitos y jovencitas que decidieron que van a pedir más reformas y más profundidad en las reformas”.

Por eso, Petro le dijo a ese medio que en sus decisiones debe negociar y gobernar “en medio de esas dos fuerzas” y aspira a que “todo termine en un punto medio”.