Este miércoles, el presidente de la República utilizó un espacio de la entrega de una sede de la Universidad Distrital en Ciudad Bolívar para referirse a la prisión de máxima seguridad a la que el Gobierno de El Salvador trasladó 2.000 presuntos pandilleros la semana pasada.

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De acuerdo con el mandatario, las imágenes de los presos, sin camiseta, con los tatuajes característicos de las pandillas, esposados, agachados y amontonados, parecen un “campo de concentración”.

“Ustedes pueden ver en redes las fotos terribles (no me puedo meter en otros países) del campo de concentración de El Salvador, lleno de jóvenes, miles y miles, encarcelados. Le da a uno escalofríos”, dijo Petro en su intervención.

Gustavo Petro criticó modelo de Nayib Bukele

El presidente lamentó lo ocurrido en el país centroamericano y se mostró en contra de quienes apoyan ese modelo de seguridad.

“Yo creo que hay gente a la que le gusta eso, indudablemente, ver a la juventud dentro de las cárceles y creen que eso es la seguridad. Eso dispara las popularidades, indudablemente”, agregó el presidente.

Y es que justamente esta mañana, Petro publicó en sus redes una encuesta de la firma costarricense CID Gallup en la que Bukele es el líder con mayor opinión favorable, con un 92 %, mientras que Petro ocupa el séptimo lugar con el 57 %.

Bukele ha hecho de su política de lucha contra las pandillas una de sus banderas y ha elevado su popularidad, a pesar de tomar medidas controvertidas la de la mega prisión.

“El presidente de El Salvador se siente orgulloso porque logró reducir la tasa de homicidios a partir, dice él, de un sometimiento de las bandas que hoy andan en esas cárceles, en mi opinión, dantescas”, apuntó Petro.

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En ese sentido, afirmó que se puede lograr lo mismo sin este tipo de medidas y puso como ejemplo su mandato cuando era alcalde de Bogotá.

“Nosotros logramos lo mismo. La prensa no lo va a reconocer mucho. Nosotros logramos reducir igualmente esa tasa de homicidios y violencia, pero no a partir de cárceles, sino de colegios, universidades y espacios para el diálogo. Es un camino muy diferente”, concluyó.