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Escrito por:  Fredy Moreno
Editor jefe     Abr 11, 2024 - 7:53 am

La distancia entre el Ejecutivo y el Legislativo en Colombia se amplió seriamente este miércoles, cuando el presidente del Senado, Iván Name, decidió levantar la sesión como respuesta a las declaraciones del presidente Gustavo Petro, que la semana pasada señaló a los congresistas que votaron el archivo de la reforma a la salud de ser “financiados por unos extranjeros”.

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Semejante afirmación resulta injuriosa e ignominiosa en la medida en que el mandatario no ha entregado hasta ahora ninguna prueba que demuestre que su acusación tiene asidero en la realidad. Además, si así fuera, también está obligado —más por la dignidad que ostenta como presidente de la República, que lo impele a dar ejemplo— a denunciar la irregularidad ante las autoridades competentes.

Para Name, lo que dijo Petro atenta “contra la dignidad que ostentan todos los miembros de esta célula legislativa”, por lo que manifestó, a nombre del Senado, su insatisfacción “por ese trato inadecuado”, y, en señal de protesta, levantó la sesión y citó para el próximo lunes, en una decisión que no está al margen de la ley, que más bien lo habilita para eso.

Por esta crisis, la que se podría ver afectada es la reforma pensional que también impulsa el Gobierno de Petro, pues quedan un poco más de dos meses para su trámite. Esa iniciativa solo ha superado uno de los cuatro debates que se deben surtir y debe quedar aprobada antes del 20 de junio. Si no, tendría el mismo destino que la reforma a la salud: el archivo.

Ante el panorama, otro alto funcionario del Gobierno, el director del Departamento de Prosperidad Social, Gustavo Bolívar, se sumó a otros que vienen reproduciendo la idea del presidente Petro de adelantar un “proceso constituyente”, sobre el que aún no ha explicado en qué consiste y cuál es su objetivo claro.

En realidad, ahora cualquier hecho o circunstancia que no esté en línea con los propósitos del Gobierno Nacional se convierte en un pretexto para hablar del “proceso constituyente”, mostrado como la única puerta de salida a las dificultades que enfrenta el país, como si no hubiera ninguna otra manera de gestionarlas y resolverlas.

La búsqueda por parte del Ejecutivo del desbalance y la deslegitimación de las otras dos ramas del poder público, la Legislativa y la Judicial, es el escenario más adecuado para el reclamo permanente por una asamblea nacional constituyente que, a la luz de la Constitución, debería ser un proyecto presentado y debatido en el mismo Congreso de la República.

Pero en las cuentas del presidente Petro y de sus seguidores no está hacerlo de esa manera. Hasta ahora, eso es lo más claro de su idea. El mandatario habla de cabildos abiertos y otras formas de movilización ciudadana y democracia directa, que no consideran de ninguna manera el debate en el Legislativo.

Gustavo Bolívar habla de constituyente

Bolívar, que apenas terminó la Semana Santa y comenzó la de pascua reclamó también su derecho a opinar, rechazando la idea de que por ser miembro del Gobierno no podía tuitear, les sigue dando municiones a quienes lo señalan de ser un activista antes que un técnico en un cargo que lo requiere.

“Para conocimiento de todos tuiteó [sic] los fines de semana y entre semana antes de 8 am, a medio día, hora de almuerzo y después de 6:pm. Mi tiempo libre es mío. En horas de oficina jamás tuiteo. Y pueden preguntar si he dejado de ir un solo día”, escribió, como si la sola asistencia al puesto de trabajo fuera un indicador de rendimiento y eficiencia de cualquier trabajador.

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Ahora, ante la decisión del presidente del Senado, Bolívar, como Petro, sigue profundizando la idea (o matriz, como también le dicen) de que el Congreso ya no sirve. “El Pte del Senado Iván Name, sigue saboteando las reformas que necesita el pueblo con la complicidad de las mayorías legislativas”, escribió en X (antes Twitter).

“Se ha roto la democracia representativa”, insiste de manera tremendista, y sigue abonando la idea de que la democracia solo está en las calles. “Los congresistas ya no representan al pueblo sino a las élites y sus intereses. El pueblo tiene que hacerse sentir. Debería autoconvocarse en cada rincón del país y ejercer su soberanía. Constituir asambleas populares y declararse en poder constituyente”.

Para finalizar, Bolívar sostiene que “los tres poderes del poder público y los Partidos deben acordar las salidas a esa crisis de legitimidad y representatividad”, que no es que exista en la realidad, sino en una mirada, la que gobierna, que no ve ninguna otra salida para el país que una constituyente.

Desconocer, vejar y ningunear al Legislativo es hasta ahora lo más claro que tiene el país sobre el “proceso constituyente” del que vienen hablando el presidente Petro y varios de sus funcionarios. Esa narrativa quiere allanar el camino para el verdadero propósito del Gobierno Nacional.

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