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La reciente operación ejecutada por el Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal (GAULA) de la Policía Nacional en Valledupar ha marcado un hito relevante en la lucha contra la extorsión en la región. La captura de Óscar David Cabarca, conocido como ‘El Mono’, y Jairo José Zambrano, alias ‘El Caballo’, ambos señalados como responsables financieros del Frente Libardo Vergel de las Autodefensas Conquistadoras de la Sierra Nevada (GAO-ACSN), reveló una estructura sostenida mediante la intimidación y el cobro de cuotas a comerciantes. Desde inicios de 2024, estos individuos exigieron pagos iniciales y cuotas mensuales bajo amenaza de violencia, alcanzando recaudos aproximados de 100 millones de pesos. Según información de El Pilón, tales recursos eran destinados al financiamiento de actividades criminales dentro de las comunidades más vulnerables.
Este hecho se inscribe en un panorama más extenso donde la extorsión a comerciantes representa una constante amenaza en regiones bajo influencia de grupos armados ilegales en Colombia. De acuerdo con el Ministerio de Defensa en su informe anual de 2024, estas prácticas afectan profundamente la economía formal y acentúan problemáticas sociales como el desplazamiento y la falta de inversión. El mecanismo de extorsión identificado en Valledupar, basado en pagos periódicos y donaciones forzadas, reproduce patrones documentados previamente por la Fiscalía General de la Nación, reafirmando la sistematicidad de estos delitos para sostener esquemas de criminalidad organizada.
Durante el operativo, la Policía Metropolitana de Valledupar incautó motocicletas, sumas de dinero y equipos de comunicación, lo que evidencia la sofisticación de estas redes en el manejo logístico y financiero de sus operaciones. El coronel Alex Durán Santos, a cargo de la unidad, enfatizó la relevancia de neutralizar las células financieras como vía para debilitar la capacidad de acción de estos grupos. El Centro de Estudios en Seguridad y Paz subraya, en ese sentido, que los impactos fiscales sobre estas organizaciones suelen ser más efectivos a largo plazo que las acciones directas en confrontaciones armadas.
El efecto social de la extorsión va más allá de lo económico: limita la confianza ciudadana y obstaculiza el desarrollo local, generando ciclos de pobreza y exclusión, según reportó el Banco Mundial en 2023. La convocatoria a la denuncia, a través de la línea 165 del GAULA, intenta balances entre empoderamiento ciudadano y protección, mientras que el Observatorio de Seguridad Ciudadana apunta a la urgencia de fortalecer coberturas de confidencialidad y apoyo a víctimas como prerequisito para incrementar las denuncias y erosionar la impunidad.




A nivel estructural, la presencia de grupos armados ilegales, la insuficiente respuesta institucional y la fragilidad social continúan alimentando una situación compleja que requiere más que simples operativos policiales. El Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (INDEPAZ) sugiere adoptar enfoques integrales que incluyan iniciativas para el desarrollo económico, justicia social y fortalecimiento comunitario. Así, la captura de ‘El Mono’ y ‘El Caballo’ constituye solo un paso dentro de una estrategia más amplia, en la que la colaboración entre fuerzas del Estado y participación activa de la sociedad podrían marcar la diferencia en el camino hacia entornos más seguros.
¿Cómo pueden los comerciantes reconocer una red de extorsión?
Identificar una red de extorsión es fundamental para prevenir ser víctima de estos delitos. Los patrones comunes suelen incluir exigencias de pagos “por protección”, amenazas directas o veladas, y un incremento en la presión si el comerciante no accede inicialmente a las demandas. El Ministerio de Defensa y la Fiscalía General de la Nación señalan que es importante prestar atención a cualquier comunicación inusual, presencia de personas extrañas en el entorno de trabajo y solicitudes de pagos periódicos o “donaciones obligatorias”.
La relevancia del reconocimiento temprano reside en que permite activar mecanismos de denuncia y protección antes de que la extorsión escale. Las autoridades aconsejan establecer comunicación inmediata con el GAULA, que cuenta con una línea gratuita (165) para brindar orientación y protección, elemento considerado esencial en la lucha contra la impunidad y el fortalecimiento de la seguridad local.
¿Qué funciones desempeña el GAULA dentro de la Policía Nacional?
El GAULA, o Grupo de Acción Unificada por la Libertad Personal, es una instancia especializada de la Policía Nacional de Colombia y del Ejército, cuyo propósito central es combatir el secuestro y la extorsión en todas sus formas. Sus agentes reciben entrenamiento específico en negociación de crisis, investigación criminal y operaciones de rescate, cubriendo tanto las zonas urbanas como rurales.
Su importancia radica en ser una de las primeras líneas de respuesta frente a delitos que afectan la libertad personal, respaldados por protocolos de seguridad para las víctimas y estrategias de prevención. Además, el GAULA también coordina campañas de sensibilización y promueve la participación comunitaria, fortaleciendo el tejido social como elemento clave en la erradicación del delito organizado.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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