El pasado 6 de diciembre, 1.000 funcionarios de la Contraloría General estuvieron en el reconocido restaurante La Plaza de Andrés en una fiesta de fin de año, muy tradicional año a año en empresas públicas y privadas.

Sin embargo, para este año la fiesta tuvo un costo que asciende a $ 486 millones, lo que ha generado una gran controversia, debido a que consideran que fue un gasto excesivo.

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Entre los costos del transporte, comida, bebidas y las presentaciones del cantante vallenato Jorge Celedón y del humorista ‘Don Jediondo’, el contrato de la celebración rozó los $ 500 millones. Pero, además de los artistas en mención, los recibió una papayera, por la que pagaron 2 millones de pesos.

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Según el documento de cotización, el menú por persona incluyó una entrada con papa criolla, yuca frita, chicharrón, patacón y guacamole. El plato fuerte fue una picada personal de lomo de res, de pechuga y de cerdo, acompañada con papa criolla o francesa, con salsa ‘baby’ y chimichurri, y de postre una torta de almojábana.

En ese sentido, el plato de entrada tuvo un costo de $ 22.000 cada uno, la picada costó $ 77.000 por persona, la torta de almojábana de postre costó $ 17.000 cada una.

En el mismo documento aparece que, por una hora de presentación de Celedón pagaron $ 115.906.000 millones y $ 22.610.000 millones que costó el ‘show’ de ‘Don Jediondo’.

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Lo paradójico del caso es que la Contraloría es el máximo órgano de control fiscal del Estado y es la encargada de mantener a raya los excesos de las entidades que funcionan con dineros públicos.