Un juez Penal del Circuito de Rionegro, Antioquia, condenó a 33 años y 4 meses de prisión a Diego Cadavid al ser encontrado responsable del delito de homicidio agravado al asesinar su hija.

El crimen se registró el 17 de diciembre de 2020, y la Policía Judicial halló el cuerpo de la menor de edad un día después del delito en zona despoblada de Rionegro. De acuerdo con la Fiscalía, los dictámenes periciales indicaban que el cuerpo de la niña presentaba golpes en el rostro y la cabeza.

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Inicialmente, el procesado, de 35 años de edad, les informó a las autoridades que él había sido víctima de una sustancia que le hizo perder la conciencia, y que su hija había sido raptada por desconocidos. Sin embargo, poco después, fue el mismo hombre quien condujo a la policía hasta el lugar donde se encontraba el cuerpo sin vida de su hija.

Cómo ocurrió el hecho

La madre de la víctima, Luisa Fernanda Henao, conversó con el medio local Mi Oriente y brindó algunos detalles de cómo transcurrieron las cosas el día que desapareció la niña.

Henao explicó que ella y Cadavid estaban separados por lo que él pasaba tiempo con su hija algunos días de la semana. Para ese momento la mujer estudiaba limpieza facial y maquillaje profesional todos los jueves, por lo que su expareja le pidió buscar a la niña ese día para que pasara un rato con su abuela.

“Ese jueves, él llegó por la niña a la casa y en el transcurso del día también nos comunicamos. Le escribí dos veces, también preguntándole cómo seguía la niña porque estaba como malita, le estaban empezando a salir los dientes y todo eso, entonces la fiebre que le subía era a raticos. Me dijo que estaba de muy buen ánimo, que estaba jugando con la mamá”, explicó Henao.

“Yo le pedí que me la entregara a las 5 de la tarde y él me dijo que se la dejara hasta las 6:00 p. m. porque en casa de su familia iban a hacer a novena. Y así quedamos. A las 6.15 p. m. llamé a mi mamá para saber si ya había llegado mi hija, y me dijo no. Lo comencé a llamar y no contestaba y los mensajes no le llegaban”, relató en su momento la mujer.

En medio de su angustia, Luisa Fernanda llamó a la madre de Diego y ella le indicó que él se había ido con la niña a las 5:30 p. m.

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Sin embargo, su exsuegra le sugirió que fuera la Policía. “Cuando ya había puesto la denuncia, me llamó un familiar y me dijo que había visto a Diego en un lugar llamado La Mota. Nos fuimos hasta allá y lo encontramos caminando por una zona muy oscura. Le pregunté varias veces dónde estaba la niña y él me decía que no sabía”.

Al llegar las autoridades, el hombre aseguró que había sido drogado y que su hija había sido secuestrada. Ante esto, Cadavid fue trasladado a un centro médico, lugar en el que habría confesado el crimen.