El Espectador conoció la historia de acoso sexual por parte de un estudiante. Desde el 2019 que Paula Rosselli, estudiante de 22 años, está recopilando las pruebas y las víctimas de este joven que, de diferentes maneras, hizo que varias compañeras se sintieran vulneradas en su intimidad por hechos, palabras, acciones y otros detalles que contaron en la denuncia.

Fueron varias las mujeres que le contaron a ese medio de comunicación su historia con el señalado acosador. Algunas jóvenes, que en el momento de los hechos eran menores de edad, relataron cómo este hombre aprovechaba su cercanía para hacerles insinuaciones e intimidaciones dentro y fuera de la institución.

En una clase él me quitó mi celular y encontró una foto mía en vestido de baño. Empezó a pedirme fotos sin ropa. Le dije que no y él me envió una foto que no abrí”, contó Luana, joven que cambió su nombre para esta denuncia, pero que tenía 17 años cuando Juan Camilo Alarcón Ramírez la empezó a seguir por varios espacios de la universidad Jorge Tadeo Lozano y hasta la estación de Transmilenio, donde le quitó una vez más el dispositivo móvil y la obligó a ver la imagen en la que le mostraba sus partes íntimas.

Rosselli también dice ser víctima de este estudiante y a ella también le enviaba imágenes a través de redes sociales. Ellos tenían “amigos en común” y eso lo aprovechó el señalado acosador para acercase y, en medio de su coqueteó, hacerla sentir “incómoda” con actitudes y actos que vulneraban su intimidad, como meter la mano en su brasier en público, por ejemplo.

Esta mujer que se encargó de recopilar las pruebas contra Juan Camilo Alarcón Ramírez dice que escuchó casos de 15 mujeres víctimas, pero no todas quisieron iniciar un proceso de denuncia que fue presentada a la Universidad Jorge Tadeo Lozano para que esta tomara cartas en el asunto, tal como lo hizo.

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Sanción de la universidad Jorge Tadeo Lozano a estudiante denunciado por acoso

Esta institución tiene dispuesto para estas denuncias un comité de Buen Trato que hace parte de la ruta de atención para todos los tipos de acoso, incluido el sexual. Pero para las víctimas no fue suficiente esta medida, así que lo llevaron al comité disciplinario para que emitieran una sanción o suspensión.

La denuncia la pusieron el 11 de octubre de 2021 y un mes después las citaron a una reunión virtual para el 25 de noviembre. Roselli y las otras mujeres llegaron sin saber muy bien para qué era esa videoconferencia por la falta de información por parte de la universidad, pero se encontraron con nueve personas, todas parte del comité, quienes nunca prendieron la cámara para mostrarle su rostro a las denunciantes.

“Ese día me sentí muy humillada”, confiesa Diana Linares, egresada de la universidad, y quien también tuvo cercanía con Juan Camilo Alarcón Ramírez y se presentó como víctima de él.

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El pasado 20 de enero, la universidad les envió un documento a las jóvenes anunciando que Alarcón Ramírez fue sancionado por un semestre sin poder recibir clase, aunque las mujeres consideran insuficiente la decisión. “Nos parece una decisión muy suave. Al final del documento pusimos que nos parecía que él era un peligro para la comunidad universitaria y que, según el reglamento, estaba cometiendo unas faltas, y las funciones apropiadas eran o la suspensión o la expulsión”, explica Paula Rosselli.

A pesar de que ellas consideran que lo expuesto son faltas “gravísimas del reglamento”, una sanción por semestre académico lo consideran poco porque, en su defensa, Juan Camilo editó una conversación que luego comprobaron estaba manipulada. “Probé que era mentira y en el régimen estudiantil está que manipular pruebas es una falta grave. No pasó nada”, confesó Luana.

El joven acusado no quiso dar declaraciones sobre estas denuncias en su contra, mientras que la Universidad Jorge Tadeo Lozano señaló a El Espectador que Ramírez “no podrá adelantar trámites financieros, administrativos ni académicos. Finalizado el período de la sanción disciplinaria puede solicitar su reingreso”.

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Que haga este pedido no implica necesariamente que pueda seguir estudiando allí, pues la Facultad de la Universidad tiene “la libertad de admitir a sus estudiantes y en atención a las recomendaciones hechas por el comité y consignadas en la parte considerativa de la resolución sancionatoria, el disciplinado buscará los medios para superar los motivos que dieron origen a la sanción”.

Las denunciantes señalan que fueron revictimizadas en este proceso por parte de un comité que no estaba capacitado para atenderlas, así que la respuesta fue muy demorada y los procesos fueron poco eficientes. Por eso, Roselli radicó una denuncia contra Juan Camilo Alarcón Ramírez en la Fiscalía General de la Nación, pero desean que este joven tenga acompañamiento médico para que no normalice las acciones con las que vulneró la intimidad de más de una decena de mujeres.