Uno de los que lanzó la alerta fue el concejal de Bucaramanga Luis Eduardo Ávila, que en entrevista con CM& Noticias dijo que se sospecha que el comerciante, identificado como Fernando Trujillo Gómez, pudo haber distribuido la carne de caballo y de burro a famas y salsamentarias.

“No solamente, este señor, dispensaba a los operadores del PAE, sino también, parece, que a las diferentes salsamentarias de Bucaramanga les vendía” el producto, advirtió el concejal.

Lo mismo sospecha el diario Vanguardia, que asegura que al consultar a “una fuente” cercana a la investigación se encontró con que el alimento, si se puede llamar así, habría sido distribuido al comercio en general.

“Está acreditado que él mataba burros o caballos, los maquillaba y los vendía a operadores del PAE. Pero no solo los comercializaba a ellos. Vendían también en salsamentarias y plazas de mercado. Están investigando las líneas de distribución”, señaló la fuente, citada por el medio local.

Mientras se aclara si el comerciante, al que apodan como ‘Padrino’ o ‘Gemelo’, distribuyó la carne por toda la capital santandereana, se conoció este miércoles la denuncia de una madre de familia que asegura, con documentos en mano, que desde 2018 se venía alertando de “carne rara y dura” en los almuerzos de los niños, pero que ninguna autoridad hizo algo al respecto.

Las manipuladoras (de los colegios) decían que ellas ponían a pitar esa carne desde muy temprano, desde antes de las cinco de la mañana y les daban hasta casi las 11, que empezaban los niños a entrar a recibir su alimento, y esa carne continuaba dura y los olores eran desagradables”, afirmó Sandra Ardila, mamá de tres niños.

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Pero la Fiscalía le ‘metió el diente’ a este caso y encontró que Trujillo Gómez, capturado el pasado viernes 18 de septiembre, habría vendido este tipo de carne de caballo y burro entre mayo de 2018 y septiembre de 2019, en cantidades semanales de 2.000 a 2.500 kilos a los operadores del PAE.

El organismo investigador explicó, por medio de un comunicado, que alias el ‘Padrino’ habría usado “guías de movilización falsas” parar trasladar los animales, “muchos de ellos enfermos o muertos”, desde la Costa Atlántica hasta Bucaramanga, en donde eran sacrificados.

La carne, agrega la Fiscalía, era “tratada con químicos para alterar la contextura, intentar hacerla más blanda y darle un color rojizo”, y luego de ese proceso la empacaban al vacío y “le ponían sellos de empresas dedicadas a la comercialización de carne de res”.

Es precisamente por ese caso de corrupción que se investiga si la carne también entró a las plazas y salsamentarias de Bucaramanga, pues con ese sello logró pasar varios filtros y controles, hasta llegar a los almuerzos que les servían a los estudiantes en varios colegios del departamento.

Este fue el reporte de la Fiscalía y el momento en que se hace efectiva la captura del comerciante de la región.