Vicky Dávila analiza en su texto los posibles escenarios para la situación jurídica del senador que están siendo discutidos por los magistrados de la Sala de Instrucción de ese alto tribunal.
El primero de ellos es que se decida una medida de aseguramiento para Uribe, ya sea en la cárcel o domiciliaria, y señala que si eso pasa será una gran victoria para los integrantes de la exguerrilla, hoy convertida en partido político:
“Para las Farc, que Uribe pierda la libertad sería un trofeo de guerra posacuerdo de La Habana. Lo que siempre han soñado. Un sistema perverso: ellos libres y Uribe preso; el que los persiguió cada minuto durante ocho años. Cuántas veces quisieron matarlo”.
Dávila agrega que eso es demostrable por los ataques que los líderes de la Farc lanzaron al expresidente durante el proceso de paz y que uno de sus objetivos de alcanzar un acuerdo definitivo era “hacer la paz con Santos para hacerle la guerra a Uribe, cómodamente y desde el Congreso”.
Además, asegura que es “larga” la lista de las personas a las que le sirve que Uribe esté preso porque muchos se empeñan en “destruirlo” con estrategias que le apuntan a su “desprestigio”, pues “en el plano político ha sido imbatible”.
Dávila dice que entre esas personas están “casi todos los políticos de izquierda” y no deja atrás sus desacuerdos con el expresidente Juan Manuel Santos al decir que él obtendría “más que una victoria” porque, en su opinión, nunca pudo derrotarlo políticamente y por eso lo traicionó.
“Santos, el Nobel; Uribe, el Preso. Una triste paradoja”, añade.
La columnista de la revista sigue enlistando a esas personas y pasa también por los regímenes de Venezuela y Cuba y hace la transición hacia quiénes se verían afectados. El partido de gobierno y el Gobierno mismo sufrirían “consecuencias catastróficas”, dice.
“El Centro Democrático sin Uribe se muere”, lo que de carambola daría un “golpe letal” a Duque por la fuerza que pierde en el Congreso y el poco apoyo que tiene de sus copartidarios en general.
Dávila no se extiende al escenario que da posibilidad a Uribe de quedar libre, pero sí hace énfasis en que la Corte solo debe enviar a la cárcel al expresidente como “una herramienta excepcional y más en pandemia”, y señala que la violencia podría agudizarse “si a Uribe lo ponen preso”, mientras “sus enemigos aunarán esfuerzos para que no vuelva a ver la luz”.
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