Pero antes, en su columna en El Espectador, Ramiro Bejarano calificó de “cínicas” las explicaciones de Duque y su familia sobre el uso del avión presidencial el pasado 7 de febrero para un viaje a Panaca en Armenia, donde la primera dama, María Juliana Ruiz, celebró el cumpleaños de su hija, según reveló Caracol Radio esta semana.
Fue por este hecho que la periodista Vicky Dávila entrevistó a Hassan Nassar el pasado martes, pero el diálogo se convirtió en una acalorada discusión de la cual, según Bejarano, “el altanero jefe de Prensa –o jefe de Ofensa-” salió “muy mal librado”.
“En vez de dar explicaciones serenas” o “defenderse convenciendo”, dice el columnista, Nassar “optó por el libreto acuñado por Uribe: insulto, provocación y difamación” y propagó “la amarga idea de que todos son iguales de avivatos y aprovechados”, esto en relación al comentario que desató la molestia de Dávila sobre su viaje hace algunos años en el mismo avión durante el gobierno Santos.
El periodista, quien también condena el “silencio cómplice” con que “Duque patrocina la patanería de su atrevido vocero”, considera que la actitud de Nassar en dicha entrevista será una constante en el comunicador.
“Esto de insultar a quien pida explicaciones no va a parar con la sola amenaza de Nassar a Vicky, por la sencilla razón de que además de ambiciosos y arribistas están sin aire y sin argumentos, pero sobre todo porque ese es el “genuino” talante de quienes hoy comandan el cuatrienio más corrupto, vengativo y perseguidor de los últimos tiempos”, precisa Bejarano.
Pero además, sugiere el columnista, detrás de su defensa en el candente diálogo, habría quedado en evidencia que el jefe de comunicaciones “estaría haciendo inteligencia a periodistas y opositores para “defender” al Gobierno”.
Dicha afirmación coincidiría con lo expresado por la propia Vicky Dávila, también en su columna en Semana, donde asegura que Nassar “decidió atacarme de manera muy baja con información privilegiada que misteriosa y convenientemente le llegó a sus manos”.
Para ella, Hassan la engañó, pues “él no iba a cumplir su papel de vocero”, sino que llegó a la entrevista con el objetivo de atacarla “con algo personal” para así descalificarla:
“Hoy pienso que a Julio Sánchez Cristo, o a Néstor Morales no les habría hecho lo mismo, solo por poner cualquier ejemplo. A no ser que la nueva estrategia del Gobierno Duque sea callar al periodista que se atreva a criticarlos con chantajes derivados de asuntos personales, logrados con inteligencia muy rápida y verificaciones, antes de cada entrevista. A cuántos les tendrán guardados de verdad. Grave y peligroso”, anota la periodista.
Y pese a que la comunicadora aceptó su error y se excusó con su interlocutor, varios de sus colegas han condenado las reacciones que de parte y parte se produjeron en la entrevista que terminó en altercado.
La más reciente crítica al respecto vino del también periodista Felipe Zuleta, quien en su columna en El Espectador, lamentó las repercusiones que, a su juicio, tiene este episodio en el periodismo colombiano pues, entre otros, en ese choque tanto el uno como el otro dejaron “en evidencia que su egocentrismo los puso a patinar en materia grave”.
“Cuando estén frente a un micrófono nunca pierdan sus papeles, porque el que se emberraca pierde”, recomienda Zuleta Lleras a sus colegas.
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