Pese a que el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam), anunció en octubre de 2022 que el fenómeno de ‘La Niña’ continuaría con una probabilidad de lluvias del 86 % hasta febrero del presente año, en el departamento del Cesar se ha sentido una estación predominantemente seca entre diciembre y los primeros días del 2023. 

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No obstante, agricultores de corregimientos del departamento manifiestan haberse visto afectados en los meses con mayor incidencia de lluvias –septiembre, octubre y noviembre– en el segundo semestre de 2022.

Cultivos como los de cilantro, tomate, cebolla, fríjol, maíz y variedad de frutas fueron los que más pérdidas representaron. El café, aunque se vio afectado –por el agua, que tumba la flor– tuvo una productividad de entre el 20 y el 30 %, según campesinos. 

“Tuvimos más pérdidas que ganancias debido al pésimo estado de las vías. Se hacía difícil la bajada de los productos para su comercialización”, sostuvo Jorge Eliécer Pérez, presidente de Junta de Acción Comunal de San José de Oriente.

Además, agregó que “los cultivos de pancoger, como cilantro, tomate, cebolla, fríjol, maíz y las frutas, se dañaban. El café, como es un grano que puede aguantar, ahorita se está bajando”.

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Según estimaciones particulares, San José estaría produciendo alrededor de 17.500 sacos de café al año. El corregimiento cuenta con 18 veredas y la mayoría no tiene vías de acceso en óptimas condiciones.

De otro lado, está Media Luna, que comparte la Serranía del Perijá con San José y constituye un importante polo de desarrollo y riqueza para el departamento. La percepción de los agricultores sobre la productividad durante los últimos meses del 2022 es positiva, aunque “pudo ser mejor de no haber sido por las lluvias”.

“La cosecha de café no estuvo muy buena pero el precio ayudó mucho. Disminuyó (el precio) considerablemente, sin embargo, el valor de la lata (18 kg) pasó de 100 mil pesos y hubo rentabilidad”, asegura Freddy Ascanio, agricultor de este corregimiento.

Explicó que al café tiene que hacerle verano entre noviembre y febrero para que cargue. “El agua hace que tumbe la flor, que no cargue mucho. Como el año pasado llovió tanto, se vio afectada la cosecha”, indicó.

Y puntualizó: “Hubo ganancias de entre 20 y 30 % por el factor precio del café. Se vendió en Media Luna, pero la mayoría lo compraron –como es habitual– en Bucaramanga”.

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Desde la sectorial de Agricultura se dijo que hay un plan de vías terciarias, de 332 km en todo el departamento que ha sido divulgado por medios y socializado con líderes sociales de corregimientos y municipios y que se ha avanzado en contratación.