Las denuncias sobre la alimentación en la cárcel El Pedregal, en Medellín, no cesan. Son varios años de escándalos, intoxicaciones y denuncias de comida en descomposición o insuficiente. Hace unos días, por un tema relacionado con la comida, fue declarado insubsistente el director de la cárcel, Juan Diego Giraldo.

Lo que pasó fue que el pasado 26 de mayo, luego de una visita de la Secretaría de Salud de Medellín, se ordenó el cierre de la cocina del penal. En esa visita se evidenció que en la cocina había encharcamientos de agua que generan hongos y olores nauseabundos así como humedades en las paredes. Los peritos también notaron la falta de baterías sanitarias y de iluminación en el espacio destinado a preparar la comida de los más de 3.400 retenidos que alberga el penal.

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El cierre de la cocina generó un problema mayor con las comidas. En un intento por evitar el hambre de los reclusos, el director decidió reabrir la cocina, pero sin el visto bueno de la Secretaría, y por eso lo declararon insubsistente.

Pues bien, la reapertura de la cocina y la salida del director no han tenido efecto en la mejora de la alimentación, según ha denunciado el defensor de derechos humanos Jorge Carmona.

Carmona publicó fotos de la comida que les habrían dado a los presos en los últimos días y llamó la atención de que esta situación no se presenta solo en Pedregal, sino en otras cárceles del departamento, como la de Puerto Triunfo.

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En las fotos se ven platos de comida lamentables, insuficientes. Uno de ellos, por ejemplo, una arepa con un banano o una salchicha con un pedazo de pan. En otro, que parece un almuerzo, se ve un pedazo de pollo desagradable y solo un poco de arroz.

Carmona hizo un llamado, una vez más, para que se garanticen los derechos de la población privada de la libertad. En particular, pidió a la Unidad de Servicios Penitenciarios, Uspec, tomar decisiones que mejoren las condiciones sanitarias y alimentarias de los presos.