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Existe un restaurante en Bogotá amado por muchos debido a sus platos típicos: Mi gran Parrilla boyacense, un negocio que lleva años en la capital del país y que empezó como un pequeño corrientazo en el barrio Prado Veraniego al norte de la ciudad.
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Detrás de este ‘cabezazo’ están dos boyacenses: Emiliana de García y Belisario García, esposos, quienes decidieron venirse para Bogotá buscando mejores posibilidades y se trajeron lo mejor de su cocina. Si bien empezaron en 1998 con un restaurante pequeño se dieron cuenta que los platos a la carta era lo que estaba funcionando y fue así como empezaron a tener una parrilla de carnes y luego pasaron a los platos típicos boyacenses que son los que los ha llevado a la fama.
Poco a poco se fueron expandiendo, con jornadas que empezaban desde muy temprano, logrando obtener seis puntos en distintos centros comerciales de la ciudad. Sin embargo, lograron abrirse las puertas, y después del Covid, una prueba dura para esta pareja de negociantes, abrieron un punto en el Parque de la 93 que se llena todos los días, en donde siempre hay fila y la inversión fue hasta para montarse una bar con los mejores vinos.
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Sin embargo, su sede sobre la carrera 30 muy cerca a El Campín es tal vez la más llamativa, pues es un edificio entero al que hay que hacer reserva con tiempo para poder probar los platos del restaurante. De esta forma, el negocio que empezó como un modesto corrientazo, es ahora uno de los favoritos en toda Bogotá.
Eso sí, aliste el bolsillo, porque los precios van desde $ 40.000 para arriba.
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