Escrito por:  Redacción Bogotá
Ago 23, 2025 - 8:58 am

La inseguridad en Bogotá sigue siendo motivo de preocupación para comerciantes y ciudadanos. Un reciente video difundido en redes sociales muestra cómo cuatro personas se las ingeniaron para hurtar un celular en una tienda de la ciudad, utilizando un método tan particular como preocupante: un palo al que, según parece, le adaptaron un imán en la punta para alcanzar el dispositivo sin levantar sospechas.

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Las imágenes, que rápidamente se hicieron virales, fueron grabadas por la cámara de seguridad del establecimiento. En ellas se observa cómo los sujetos se ubican frente a la vitrina con la intención aparente de hacer una compra.

Mientras simulan ser clientes interesados, uno de ellos saca discretamente un objeto largo que llama la atención por la forma en que lo utiliza.

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El elemento, que parece un palo con algún tipo de imán en la punta, es maniobrado con destreza para alcanzar un celular que se encontraba sobre una mesa del local. El dueño del establecimiento, ocupado en atender y confiado en que se trataba de clientes legítimos, se dio vuelta por un instante, momento que los delincuentes aprovecharon para ejecutar el robo sin ser notados en ese preciso momento.

La secuencia es clara: mientras tres de los individuos distraen al vendedor con preguntas, el cuarto se ubica estratégicamente, extiende el palo y adhiere el celular para retirarlo de la mesa en cuestión de segundos.

Acá, el video de lo sucedido:

Luego, esconde rápidamente el aparato y actúan como si nada hubiera pasado, para finalmente retirarse del sitio sin levantar sospechas inmediatas.

Lo que más ha llamado la atención de los internautas no es solo la audacia del robo, sino la creatividad que los delincuentes emplearon para cometerlo. Este caso es un reflejo de cómo la delincuencia en Bogotá y en otras ciudades del país ha ido perfeccionando sus métodos, buscando burlar la vigilancia y aprovechar cualquier descuido de las víctimas.

Ya no se trata únicamente de intimidación con armas blancas o de fuego, ni de los tradicionales cosquilleos en buses o TransMilenio. Ahora, cada vez más, aparecen casos en los que los delincuentes usan elementos inesperados, como en esta ocasión un palo con un supuesto imán, para llevarse objetos de valor sin necesidad de contacto físico directo.

Este episodio se suma a la lista de hurtos reportados en Bogotá, una ciudad que en los últimos meses ha vivido una ola de denuncias por robos en diferentes modalidades: desde atracos callejeros, raponazos y cosquilleos hasta asaltos en restaurantes y transporte público.

Según cifras oficiales de la Secretaría de Seguridad, el hurto a personas sigue siendo el delito más frecuente en la capital. La Policía, por su parte, asegura que ha reforzado los operativos, pero la percepción ciudadana es que las medidas aún no logran frenar la problemática.

Este tipo de hechos dejan en evidencia la vulnerabilidad de los comerciantes, quienes además de enfrentar dificultades económicas, deben invertir en cámaras de seguridad, rejas y demás sistemas de protección para intentar mitigar el riesgo.

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