Más allá del silencio es más que un pódcast. Es una ventana a las conversaciones que importan. Conducido por Rafael Poveda, este espacio se dedica a explorar los temas más polémicos y controvertidos de nuestra época. Cada episodio es una inmersión profunda, con un enfoque investigativo y crítico, en los casos que resuenan en nuestra sociedad. Únete...
La noche de Halloween, que prometía música y celebración, terminó convertida en una herida abierta para una familia bogotana. Jaime Esteban Moreno, un joven de apenas 20 años, murió tras una brutal agresión en Chapinero, uno de los sectores más concurridos de la rumba capitalina.
(Vea también: “Decirle feliz Navidad a una lápida”: desgarrador testimonio de hermano de Jaime E. Moreno)
Hoy, cuando diciembre llega con luces y villancicos, su ausencia pesa como una sombra que no se disipa. Para su padre y su hermano, esta será la primera Navidad sin Jaime, una fecha que ya no se mide en regalos sino en silencios.
En el episodio ‘Más allá del silencio’, aliado de Pulzo, la familia decidió hablar por primera vez. No lo hace desde la rabia desbordada, sino desde un dolor sereno y persistente, ese que aparece cuando la vida alrededor sigue su curso mientras el hogar queda detenido en el instante de la pérdida. “Todo continúa como si nada hubiera pasado”, dicen, “pero para nosotros el tiempo se rompió esa noche”.
Qué pasó con Jaime Esteban Moreno
Según el relato, Jaime había salido de una discoteca en la madrugada cuando fue atacado violentamente. Las circunstancias exactas aún no están del todo claras. Lo que sí se sabe es que las heridas fueron tan graves que terminaron arrebatándole la vida. Desde entonces, la familia enfrenta no solo el duelo, sino también una lucha cuesta arriba por respuestas. Aseguran que la investigación tiene vacíos, piezas que no encajan y preguntas que siguen sin resolverse.
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El padre de Jaime habla de la impotencia de no entender por qué una noche de diversión terminó en tragedia. Recuerda a su hijo como un joven lleno de proyectos, cercano a su familia, con sueños sencillos y urgentes, como los de tantos muchachos de su edad. Su hermano, por su parte, describe el vacío cotidiano: el plato que ya no se sirve, el mensaje que no llega, la risa que no vuelve a escucharse en la casa.
La Navidad, explican, duele más. Es el recordatorio de que no habrá brindis completo ni foto familiar sin ausencias. Pero también es el momento en el que decidieron alzar la voz. No buscan venganza, insisten, sino verdad y justicia. Quieren saber qué pasó realmente, quiénes fueron los responsables y por qué, meses después, el caso no parece avanzar con la claridad que esperan.
La historia de Jaime Esteban Moreno no es solo la de una muerte violenta en una noche festiva. Es también el retrato de una familia que se niega a que su hijo sea reducido a una cifra más. La pregunta queda suspendida, incómoda e inevitable: ¿quién responde por Jaime Esteban y cuándo llegará, por fin, la verdad completa?
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