
La incertidumbre rodea desde el pasado 12 de agosto la desaparición de Gabriel Eduardo Cano, un joven de 18 años que fue visto por última vez en la localidad de Kennedy, Bogotá. Sus padres reclaman que la reacción institucional no ha sido lo suficientemente rápida para garantizar la preservación de pruebas clave que podrían esclarecer el caso.
Según el registro del consultorio odontológico, Gabriel ingresó a su cita a las 10:08 a.m. y salió poco después de las 11:00. Posteriormente, cruzó la avenida Primera de Mayo y entró a un almacén Olímpica, donde las cámaras confirmaron tanto su ingreso como su salida. Sin embargo, a partir de ese momento no hay rastro de sus movimientos.
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Nelly Díaz y Abel Cano, padres del joven, aseguraron en el pódcast Voz de Fondo que dieron aviso a las autoridades la misma noche de la desaparición. Critican que varias grabaciones privadas del sector no se preservaron a tiempo, a pesar de que estas suelen borrarse a los pocos días. Piden que se aclare por qué no se bloquearon de inmediato los registros perimetrales de cámaras cercanas, además de exigir un análisis más ágil de los videos de seguridad del C4.




La familia insiste en que se requiere una mayor coordinación entre Fiscalía, Policía y Gaula para activar todas las líneas de búsqueda disponibles.
Revelan qué podría haber pasado con el joven
Días después, una carta encontrada en la habitación de Gabriel orientó las pesquisas hacia el salto del Tequendama, donde se realizaron operativos de búsqueda. No obstante, sus familiares rechazan esa versión y aseguran que el documento presenta inconsistencias. “Mi instinto de madre me dice que mi hijo está vivo”, afirmó Nelly Díaz.
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¿Qué hacía Gabriel Eduardo Cano?
El joven había terminado recientemente el colegio, disfrutaba del fútbol y los videojuegos en línea con un grupo de amigos. Según sus allegados, no tenía antecedentes de problemas de salud mental y estaba entusiasmado con retomar estudios. Además, había iniciado un tratamiento de ortodoncia y realizado cambios en su apariencia días antes de desaparecer.
El caso de Gabriel se suma a un panorama preocupante: en lo corrido de 2025, más de 880 personas han sido reportadas como desaparecidas en Bogotá. La familia hace un llamado urgente para que el caso no quede en el olvido.
“Somos tu familia; te amamos. Si puedes, llámanos, avísanos que estás bien”, es el mensaje que sus padres enviaron públicamente al joven.
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