
El primer semestre de 2025 ha sido especialmente penoso en la problemática de desaparición de menores en Colombia. Según un informe de la Universidad Manuela Beltrán, basado en datos del Instituto Nacional de Medicina Legal, se registraron 837 casos de desaparición de menores, equivalente a uno cada cinco horas. Suceso que no sólo es notable en su magnitud, sino en su perfil particular, siendo las adolescentes entre 12 y 17 años las más afectadas y 7 de cada 10 desaparecidas son mujeres jóvenes.
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“Estas desapariciones no son eventos aislados, sino que responden a contextos culturales complejos”, expresó el sociólogo Luis Barragán, de la Universidad Manuela Beltrán en el informe. Esta situación alarmante está inserta en un entramado de conflictos familiares y tensiones comunitarias, y, por otro lado, es alimentada por circunstancias como el reclutamiento forzado por grupos armados en zonas rurales y el trabajo infantil en las ciudades.
Bogotá, la capital colombiana, es el reflejo más crudo de esta realidad. Concentrando el 42 % de las desapariciones en el país, las localidades como Kennedy, Ciudad Bolívar y Bosa son las más afectadas. Con un total de 882 personas desaparecidas sólo en el primer semestre del año, 309 eran menores.




Precisamente, ese es el caso de Gabriel Cano, un joven de 18 años que desapareció extrañamente en Bogotá, en la localidad de Kennedy, desde el pasado 12 de agosto, luego de cumplir con una cita médica. La familia le perdió el rastro y el adolescente completa ya más de 2 semanas extraviado.
“El sale a una cita de ortodoncia el 12 de agosto, cumple su cita y sale hacia donde su abuela materna que era donde se estaba quedando estos meses. Pasó la Primera de Mayo, se dirigió hacia la Olímpica de Kennedy y desde ahí no se sabe nada de él. Estamos mirando cámaras y es trámite con cámaras que no sirven”, dijo la madre en diálogo con Caracol Radio.
Además, lo extraño del caso es que días después encontraron una carta del joven que indicaba que quería atentar contra su vida en el Salto de Tequendama, saliendo de Bogotá; sin embargo, la familia no cree que ese texto sea del joven y descartó que él haya querido hacer eso, sobre todo porque su comportamiento era de una persona normal, como lo dijo su mamá en la citada cadena radial.
“Encontramos una carta, pero está descartada porque fuimos al lugar donde mi hijo había indicado pero allá no estuvo nunca. Decía que iba a atentar contra su vida en el Salto de Tequendama, estuvimos 3 días allá pero no hay información de haberlo visto, los bomberos hicieron la inspección y no se encuentra nada de mi hijo. Puede ser que haya sido para confundir, mi hijo no tienen antecedentes que sufriera depresión o signos de alerta, él es un niño normal”, señaló en la entrevista.
Al respecto, el informe evidenció que muchos casos ocurren por causas tales como la huida de adolescentes con parejas o amigos, conflictos familiares, problemas de salud mental en adultos, o casos de trata y secuestro. Ante tal situación, las autoridades han sido instadas a implementar protocolos efectivos y acciones inmediatas de búsqueda, prevención y atención.
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