Por: Portal Bogotá

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Este artículo fue curado por pulzo   Oct 7, 2025 - 3:44 pm
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El reciente avance en la estabilización de la ladera en el barrio Villa del Cerro, en Chapinero, Bogotá, constituye un paso relevante en la gestión del riesgo geológico en sectores urbanos expuestos a deslizamientos. De acuerdo con la Alcaldía Local de Chapinero, la intervención responde a un problema que llevaba más de diez años afectando la seguridad de las viviendas, donde un desplazamiento de masa tipo reptación amenazaba con provocar daños irreversibles. Para hacer frente a esta amenaza, se destinó una inversión de $1.321 millones entre 2021 y 2024, empleando mallas de alta resistencia con tecnología suiza y anclajes pasivos. Este método moderno y menos invasivo reemplazó el tradicional uso del concreto, apostando por la sostenibilidad y la reducción del impacto ambiental y de costos futuros.

La situación de Villa del Cerro no es aislada. Según el Instituto Distrital de Gestión de Riesgos y Cambio Climático (IDIGER), cerca del 30% de Bogotá presenta algún nivel de riesgo por movimientos en laderas o suelos inestables, siendo Chapinero, Santa Fe y Usme las localidades más afectadas. Los movimientos de tierra, aunque pueden ocurrir de manera lenta, suelen agravarse repentinamente, desencadenando emergencias que ponen en peligro la vida y los bienes de los habitantes. Esta realidad exige una combinación de soluciones técnicas efectivas y políticas urbanas responsables.

El sistema adoptado en Villa del Cerro, basado en mallas y anclajes pasivos, responde a una tendencia internacional documentada en la revista científica Engineering Geology, donde se resalta su uso en Suiza y otros países alpinos. Estos métodos permiten estabilizar laderas de forma eficiente, al mismo tiempo que mantienen la dinámica natural de los sistemas ambientales. Además, la implementación de soluciones menos invasivas facilita la adaptación a cambios futuros del terreno y reduce la duración de las intervenciones.

En el ámbito social, esta obra se inscribe dentro de una estrategia amplia de gestión de riesgos promovida por la Oficina Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), que enfatiza la capacitación comunitaria en prevención de emergencias. Según la Alcaldía, estas acciones refuerzan la capacidad de la ciudadanía para identificar alertas tempranas y actuar ante posibles desastres.

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Este proceso evidencia la importancia de la transparencia informativa. De acuerdo con la LatAm Journalism Review, el uso de fuentes oficiales, estudios técnicos y comparaciones con modelos internacionales resulta esencial para informar de forma rigurosa sobre estos proyectos, evitando interpretaciones sesgadas. Publicar datos como contratos, informes técnicos y testimonios de la comunidad asegura una comunicación fidedigna y contribuye a la vigilancia ciudadana sobre la infraestructura pública.

En última instancia, la estabilización lograda en Villa del Cerro es ejemplo de una gestión integral que combina innovación tecnológica, fortalecimiento comunitario y transparencia. Frente al reto creciente del cambio climático y los eventos meteorológicos extremos, la inversión en prevención geológica no sólo salvaguarda vidas sino que fomenta una ciudad más resiliente, sentando bases para futuras intervenciones e inspirando modelos de gestión en otras regiones.

¿Qué son los anclajes pasivos y cómo funcionan en la estabilización de laderas?

El término “anclajes pasivos” se refiere a estructuras diseñadas para proveer soporte adicional en sistemas de retención, como las laderas susceptibles de movimientos de masa. Su utilización, preferida en la intervención de Villa del Cerro, se basa en la instalación de elementos metálicos que se fijan al terreno sin necesidad de maquinaria compleja y sin modificar de forma significativa el entorno natural. Su función principal es absorber y distribuir las fuerzas que provocan el deslizamiento del terreno, aportando estabilidad a largo plazo y flexibilidad frente a posibles cambios climáticos o geológicos. Esta técnica fue elegida por sus ventajas en sostenibilidad y eficacia, como lo evidenció el estudio técnico citado por Engineering Geology.

La importancia de los anclajes pasivos radica en su capacidad para adaptarse a terrenos irregulares y proporcionar soluciones de estabilización que minimicen el impacto ambiental. Frente a técnicas tradicionales como el concreto, estos sistemas permiten mantener la vegetación y facilitar el flujo natural de agua, reduciendo así el riesgo de erosión y promoviendo una mayor integración con el ecosistema circundante.

¿Por qué es relevante la capacitación comunitaria en prevención de desastres en zonas de riesgo geológico?

La capacitación comunitaria constituye un pilar esencial en la gestión integral del riesgo en barrios vulnerables a deslizamientos. Las intervenciones de infraestructura, como la de Villa del Cerro, pueden ser insuficientes si no se promueve una cultura de prevención y respuesta entre los residentes. La experiencia de la UNGRD muestra que comunidades informadas y organizadas son más capaces de activar alarmas tempranas, colaborar con las autoridades y tomar medidas inmediatas en caso de emergencia.

Adicionalmente, la participación ciudadana fortalece la sostenibilidad social de las intervenciones técnicas, promoviendo el sentido de corresponsabilidad y vigilancia sobre la infraestructura instalada. Las sesiones de capacitación permiten transferir conocimientos sobre identificación de riesgos, elaboración de rutas de evacuación y contacto con organismos de socorro, aspectos cruciales para reducir el impacto de potenciales desastres y optimizar la convivencia segura en zonas propensas a inestabilidad geológica.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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