
En Bogotá, la changua es un plato tradicional para el desayuno, pero que provoca discusiones entre los que defienden su sabor y los que no. No obstante, ahora se transforma en una experiencia culinaria completamente nueva, porque ahora existe helado de esta sopa. Es una propuesta innovadora, que fusiona lo salado y lo dulce con un toque de frescura, que ha causado curiosidad a quienes se atreven a probarla.
La ciudad se caracteriza por tener un amplio abanico gastronómico para todos los gustos. Es normal ver cuadras con restaurantes de comida española, peruana y de otras naciones. Igualmente, para los que prefieren opciones nacionales como la carne a la llanera, la carne oreada de Santander o el cocido boyacense.
Puede conseguir el helado de changua en la calle 119 # 11a-45 (Usaquén). El producto mantiene el sabor de los condimentos, el huevo, el cilantro y los demás ingredientes de esta sopa. El usuario @quepasamariete en YouTube mostró la reacción de varias personas al probar este alimento, quienes le dieron su visto bueno, destacando que fusiona bien la sal, el dulce y la cremosidad. El precio es de 3.000 pesos.
¿Dónde se originó la changua?
La changua, ese caldo humeante y reconfortante que muchos disfrutan en el desayuno, tiene sus raíces profundamente arraigadas en la región andina de Colombia. Aunque es un plato emblemático de la gastronomía cundiboyacense, su origen exacto es objeto de debate, según el portal especializado Curious Cuisiniere. Además, aclara que nació de la necesidad de aprovechar ingredientes básicos y económicos disponibles en las zonas rurales, como la leche, los huevos y el cilantro, adaptándose a las costumbres culinarias de los pueblos indígenas y mestizos que habitaban las altiplanicies.
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Por otra parte, las variaciones regionales y los gustos personales han permitido la incorporación de otros elementos como el calado (pan tostado), cebolla larga, y papa. Esta adaptabilidad es un testimonio de su arraigo cultural y de cómo un plato sencillo puede evolucionar, manteniendo su esencia mientras se amolda a las preferencias de cada generación.




¿Qué hacer en Bogotá los fines de semana?
Para quienes buscan escapar del bullicio urbano o disfrutar de la energía nocturna, Bogotá también tiene muchos planes que ofrecer. Los fines de semana son ideales para explorar la naturaleza cercana a la ciudad, con opciones como subir al cerro de Monserrate para disfrutar de una vista panorámica impresionante, o visitar el Parque Nacional Natural Chingaza para los más aventureros. Si prefiere un plan más tranquilo al aire libre, los parques como el Parque Metropolitano Simón Bolívar son perfectos para un pícnic, un paseo en bicicleta o simplemente relajarse.
Y cuando cae la noche, la ciudad se enciende. Desde los bares de rock en Chapinero hasta las discotecas de reguetón en la Zona T, la vida nocturna bogotana es tan diversa como sus habitantes, prometiendo una noche inolvidable para quienes buscan bailar y socializar hasta el amanecer.
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