Por: Portal Bogotá

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Este artículo fue curado por pulzo   Oct 9, 2025 - 9:10 pm
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El “Desafío Local por la Vida en las Vías” constituye una estrategia de la Secretaría Distrital de Gobierno (SDG) y la Secretaría Distrital de Movilidad (SDM) en Bogotá, en coordinación con las 20 alcaldías locales, cuyo propósito principal es disminuir la siniestralidad vial mediante el impulso de acciones territoriales enfocadas en construir una movilidad más segura, incluyente y accesible en la ciudad. Esta iniciativa se fundamenta en proyectos locales que involucran no solo la corresponsabilidad institucional sino también la activa participación ciudadana, otorgando a las alcaldías locales un papel decisivo en la prevención de accidentes, según lo expuesto en la fuente original.

Para Claudia Díaz, secretaria Distrital de Movilidad, la estrategia trasciende la simple intervención en la infraestructura, orientándose a transformar los comportamientos de los actores del espacio público y a trabajar por la inclusión de todos los ciudadanos. Este enfoque revela la importancia de integrar tanto ámbitos técnicos como sociales en la gestión de la seguridad vial, lo cual se traduce en una atención más precisa a las necesidades específicas de cada territorio y segmento poblacional.

El diagnóstico realizado en 2025 reflejó 405 muertes por siniestros viales en Bogotá, de las cuales el 45% correspondió a motociclistas y el 40% a peatones, siendo la mayoría jóvenes entre 18 y 34 años y, en un 78%, hombres. Estas cifras muestran una realidad urbana donde las vulnerabilidades demográficas y las modalidades de transporte aumentan los factores de riesgo. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que peatones y motociclistas concentran los mayores riesgos en entornos urbanos, derivando de la conjunción entre el diseño vial y los hábitos ciudadanos.

Frente a este panorama, se evidencia la urgencia de estrategias que conjuguen ingeniería, educación y regulación, como plantea el “Desafío Local”. Esta aproximación coincide con los lineamientos del Plan Mundial para el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2021-2030 de la OMS, que subraya la necesidad de fortalecer la gestión local para lograr una reducción efectiva de muertes en las vías urbanas.

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El programa estructura sus intervenciones en siete categorías: compromiso institucional con la seguridad vial, accesibilidad, infraestructura para la seguridad vial, infraestructura para accesibilidad, toma de información en andenes, reducción de siniestralidad y reconocimiento de buenas prácticas. Esta clasificación permite evaluar aspectos que van desde la planeación de la infraestructura hasta la transformación cultural, lo que favorece un abordaje holístico y articulado para enfrentar los desafíos de la movilidad.

Expertos en gestión pública entrevistados por El Espectador en 2025 han resaltado que el éxito de dicha política integral requiere una coordinación robusta entre los niveles distritales y locales, así como una implicación sostenida de la ciudadanía, factores que potencian la corresponsabilidad y contribuyen a la sostenibilidad de los resultados.

Además, el análisis comparado sugiere que ciudades como Medellín y Quito, con programas multifactoriales enfocados en infraestructura, campañas educativas y control eficaz, han logrado reducir la siniestralidad en aproximadamente un 20% en cinco años, según las secretarías de movilidad correspondientes. Estos antecedentes refuerzan la importancia de monitorear rigurosamente los efectos del “Desafío Local” en Bogotá durante 2026 y 2027, con el fin de ajustar acciones conforme a las recomendaciones técnicas internacionales.

En síntesis, el “Desafío Local por la Vida en las Vías” emerge como una política estratégica que fortalece la articulación institucional y la participación comunitaria en Bogotá. La prioridad dada a la multifactorialidad y el enfoque territorial se plantea como una vía pertinente y urgente para transformar la movilidad, reducir las cifras alarmantes de muertes viales y consolidar una cultura ciudadana de respeto y solidaridad, fundamentos insoslayables para proteger la vida en la capital frente a este reto urbano.

¿Cómo contribuye la participación ciudadana a reducir la siniestralidad vial?
La implicación de la ciudadanía en los programas de seguridad vial resulta fundamental, ya que potencia la apropiación de los espacios públicos y fortalece la corresponsabilidad en el cuidado de la vida propia y ajena. En el marco del “Desafío Local por la Vida en las Vías”, dicha participación se materializa a través de consultas, veeduría y propuestas que inciden en las acciones territoriales, según lo planteado por la Secretaría Distrital de Movilidad. Este enfoque participativo no solo aporta insumos a la planeación, sino que promueve el cambio de comportamientos y consolida una cultura de respeto, factor esencial para lograr impactos sostenibles en la reducción de siniestros.

La experiencia reportada por El Espectador y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) indica que el involucramiento comunitario permite identificar riesgos específicos, desarrollar campañas educativas más efectivas y propiciar consenso sobre normas y usos del espacio público. Por ello, su inclusión como componente central fortalece cualquier estrategia orientada a la seguridad vial desde un abordaje integral y contextualizado.

¿Qué significa el término “siniestralidad vial” y por qué es relevante?
El término “siniestralidad vial” se refiere al conjunto de siniestros —accidentes— ocurridos en las vías, que pueden ocasionar lesiones o muertes entre peatones, conductores y pasajeros. Su relevancia radica en que representa el principal indicador sobre el impacto negativo de la movilidad en la salud pública urbana, como lo evidencia el informe de la Organización Mundial de la Salud citado en el artículo.

La medición de la siniestralidad vial constituye la base para la formulación de políticas públicas en movilidad, ya que permite identificar los grupos más vulnerables, las zonas críticas y los comportamientos de riesgo. De este modo, se pueden abordar de manera específica y efectiva las causas principales de los accidentes, diseñando intervenciones adaptadas a las necesidades reales de la población.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

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