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Periodista     Feb 11, 2024 - 5:38 pm

La inseguridad en Bogotá es una materia que parece haberse salido de las manos de las autoridades pues, al día, son cientos de denuncias las que se presentan por delitos como extorsión, atraco con armas de fuego, homicidios, hurto de celulares y muchos más que requerirían varias líneas para ser mencionadas.

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Si bien el alcalde Carlos Fernando Galán anunció iniciando su mandato local que se reforzaría el pie de fuerza en la capital con al menos 600 uniformados, la verdad es que la percepción de seguridad de los capitalinos es baja y tiende a seguir por el piso.

El miedo que tienen los ciudadanos de salir a las calles y ser asaltados en restaurantes, transporte público, calles y hasta en sus propias residencias hizo que se evaluaran soluciones que lucen radicales de arranque, pero que han sido alabadas en otras latitudes.

Está el caso de la megacárcel de El Salvador, construida por el presidente Nayib Bukele, y en la que están recluidos 40 mil de expandilleros de las famosas ‘Maras’, agrupaciones delincuenciales de las más temidas en América. Muchos creen que la idea del mandatario salvadoreño es digna de seguir, pero su entrada en funcionamiento trajo consigo serias criticas e investigaciones de organismos internacionales, como la ONU, por las posibles violaciones de derechos humanos de los reos.

En Colombia se ha debatido desde hace varios meses la pertinencia de la construcción de un centro carcelarios similar al de El Salvador, aunque nadie ha tomado la iniciativa para hacerlo.

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La propuesta de seguridad del concejal Julián Uscátegui podría dar luces al respecto. El participante del cabildo distrital comentó que el déficit de policías en la ciudad es grande, pues Bogotá tiene hoy 16.656 policías, es decir 1 uniformado por cada 470 habitantes. Llevó al Concejo la idea de que más de 24 mil militares y policías con asignación salarial de retiro en Bogotá, que cuentan con la formación y experiencia para aportar en la lucha contra el crimen, sean llamados por el alcalde Carlos Fernando Galán para trabajar en labores que ayuden a disminuir los índices delincuenciales.

Pulzo diálogo con él para conocer aspectos sobre su propuesta. El concejal Uscátegui comentó que esos uniformados de la reserva trabajarían en dos frentes: cumpliendo labores profesionales y administrativas que permitan sacar a las calles a los policías activos y la presencia de miembros de la reserva que estén en las calles como actores disuasivos desarmados, que puedan fortalecer la presencial institucional y las redes de cooperación ciudadana.

También, el concejal dejó ver que le cree a la idea de una megacárcel que descongestione el sistema judicial y ayude a que las autoridades, tal como lo propuso en su momento Diego Molano, pueda actuar de manera efectiva ante las capturas.

Uscátegui expresó que la “construcción de una megacárcel la han querido satanizar”, pues no está de acuerdo con aquellos que creen que vulnera los derechos humanos de los presos. Además, comentó que ese centro ayudaría a “liberar pie de fuerza en la capital”, pues hay más de “3.000 detenidos” en estaciones de Policía y URI, lo que pide que 400 efectivos por turno deban custodiarlos.

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El concejal expresó que el hacinamiento carcelario en Bogotá “supera el 300 %”, por lo que estima que un centro de ese tipo les daría “dignidad” a miles de reclusos que hoy no gozan de condiciones adecuadas en sus lugares de detención.

Expresó que la Ley de Seguridad Ciudadana, en su artículo 62, “permite la construcción de una megacárcel” en Bogotá y regula la operación de la misma a través de empresas de vigilancia y seguridad privada, por lo que la ciudad podría liberar a 1.200 policías para que salgan a las calles a cuidar a las personas.

En cuanto a los recursos, se asegurarían mediante una alianza público-privada que les permita a esas empresa de vigilancia capacitadas que operen en esos centros de reclusión.

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