Por: Portal Bogotá

Bogotá cuenta con un espacio de información muy completo donde la ciudadanía, residentes y extranjeros pueden consultar la información que les interesa sobre Bogotá, su historia, sus localidades, la gestión y principales noticias de la Administración Distrital.

Este artículo fue curado por pulzo   Oct 11, 2025 - 2:38 pm
Visitar sitio

El Cerro de Monserrate se erige como uno de los símbolos más emblemáticos de Bogotá, trascendiendo su condición de destino turístico para constituirse en un testigo silencioso de la historia, la cultura y los desafíos urbanos de la capital colombiana. Ubicado a 3.152 metros sobre el nivel del mar, este monumento natural ha sido considerado desde tiempos precolombinos un espacio sagrado por los muiscas. Posteriormente, tras la colonización, se consolidó como un referente religioso y de identidad para los habitantes de la ciudad.

El sendero que asciende hasta la cima, administrado por el Instituto Distrital de Recreación y Deporte (IDRD), cuenta con 1.605 escalones y atrae cada fin de semana a miles de ciudadanos y visitantes provenientes de diversas regiones. Según estadísticas suministradas por el Distrito, Monserrate figura entre los cinco lugares con mayor afluencia en Bogotá, superando en condiciones normales el millón de visitantes al año. Esta elevada concurrencia pone en evidencia una presión sostenida sobre el entorno, lo que ha requerido repensar continuamente las estrategias para su conservación y manejo, como lo confirma el IDRD.

Sin embargo, la experiencia de recorrer el sendero va mucho más allá del ejercicio físico o el turismo religioso. Este camino se ha transformado en un punto de encuentro donde se reflejan retos urbanos y ambientales. Reportes de la Secretaría Distrital de Ambiente destacan problemas como la erosión de senderos no oficiales y la constante acumulación de residuos sólidos, especialmente notoria en temporadas de alta afluencia. A pesar de los operativos de recolección de basura, el mantenimiento ecológico sigue siendo un desafío constante.

Las condiciones del sendero ponen en evidencia otras carencias del espacio público. No existen instalaciones sanitarias a lo largo del recorrido, lo que representa una dificultad para los visitantes. Además, el IDRD recomienda que personas con condiciones médicas especiales –tales como embarazadas o con enfermedades cardíacas y respiratorias– se abstengan de intentar el ascenso, evidenciando la falta de inclusión en el acceso a este símbolo capitalino.

Lee También

Por otra parte, las voces de comerciantes, guías turísticos y visitantes habituales retratan un mosaico de percepciones y tensiones. Si bien muchos consideran que Monserrate pertenece a todos, existen opiniones divididas sobre la corresponsabilidad en su cuidado. Colectivos ciudadanos han impulsado campañas educativas para sensibilizar sobre el impacto ambiental, aunque reconocen que cambiar hábitos es un proceso que toma tiempo.

La proyección cultural en torno al cerro también forma parte de la agenda oficial, con eventos comunitarios y artísticos organizados en su entorno, según la Agenda Cultural Bogotá. Sin embargo, especialistas consultados advierten sobre los riesgos de comercialización excesiva y pérdida de autenticidad si no se desarrolla una política integral que equilibre los intereses turísticos, culturales y ambientales.

Ciudades como Río de Janeiro o Santiago de Chile han enfrentado retos similares en la gestión de cerros icónicos, pero han optado por respuestas institucionales más estructuradas, como sistemas de reserva y monitoreo. Bogotá, en cambio, avanza con medidas que hasta ahora resultan insuficientes frente al tamaño del reto. El desenlace depende de la capacidad de la ciudad para conjugar conservación, acceso diverso y sentido de pertenencia en torno a Monserrate, reflejando así las aspiraciones y tensiones de su población.

¿Qué significa sostenibilidad ambiental en el contexto del Cerro de Monserrate? La sostenibilidad ambiental, en el marco de Monserrate, se refiere a las prácticas y políticas que buscan proteger el ecosistema del cerro frente a los efectos del turismo masivo y el uso recreativo. Este concepto abarca desde la reducción de desechos sólidos y la gestión responsable de los recursos naturales, hasta la intervención en senderos erosionados y la promoción de hábitos respetuosos por parte de los visitantes. La Secretaría Distrital de Ambiente ha señalado que alcanzar la sostenibilidad requiere no solo acciones puntuales de limpieza, sino una visión a largo plazo que integre a autoridades, ciudadanía y sector turístico.

La atención a la sostenibilidad resulta fundamental porque el equilibrio entre el acceso público y la preservación ecológica es frágil: un manejo inadecuado puede derivar en pérdida de diversidad biológica, deterioro paisajístico y, en última instancia, en la reducción del valor simbólico del cerro. Por ello, la sostenibilidad ambiental constituye un eje central en las discusiones sobre el futuro de Monserrate.

¿Por qué el acceso al sendero de Monserrate no es inclusivo para todas las personas? Las restricciones recomendadas por el IDRD aluden a la seguridad y la salud de visitantes con condiciones médicas sensibles. El recorrido, de alta exigencia física y sin baños públicos o puntos de descanso adecuados, resulta poco accesible para personas con movilidad reducida o ciertas limitaciones de salud, como enfermedades respiratorias o cardíacas. Esto implica, en la práctica, que no todos los ciudadanos pueden disfrutar de este patrimonio en igualdad de condiciones.

La exclusividad del acceso ha llevado a cuestionar el diseño y manejo de los espacios públicos en Bogotá, evidenciando la necesidad de políticas inclusivas que permitan la participación plena de todos los grupos sociales y de personas en condición de discapacidad. El debate sobre la accesibilidad en Monserrate es así un reflejo de los retos más amplios que enfrenta la ciudad en materia de integración y equidad.


* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.

* Pulzo.com se escribe con Z

LO ÚLTIMO