Bogotá cuenta con un espacio de información muy completo donde la ciudadanía, residentes y extranjeros pueden consultar la información que les interesa sobre Bogotá, su historia, sus localidades, la gestión y principales noticias de la Administración Distrital.
El programa “Bogotá, mi Ciudad, mi Casa” se ha consolidado durante el Mes de la Discapacidad como una apuesta estratégica para transformar la manera en que Bogotá responde a las necesidades y derechos de las personas con discapacidad. A diferencia de los enfoques tradicionales, centrados exclusivamente en la provisión de cuidados o ayudas puntuales, este modelo promueve una visión integral basada en cuatro principios fundamentales: más capacidades, más oportunidades, mayor independencia y una convivencia comunitaria sólida. Desde parques públicos hasta entornos empresariales, la iniciativa busca identificar y potenciar los saberes individuales, eliminar barreras físicas y sociales, incentivar la autonomía y consolidar comunidades inclusivas a lo largo de la ciudad.
Esta propuesta local se enmarca en una corriente internacional de inclusión social, respaldada por organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), que destaca que el 15% de la población global vive con alguna forma de discapacidad. Persisten, sin embargo, barreras ambientales y sociales que restringen el goce efectivo de derechos y la participación. Bogotá, alineándose con estos parámetros, avanza hacia la construcción de espacios urbanos justos, igualitarios y accesibles, en línea con los mayores estándares globales de equidad.
El principio de “más capacidades” parte del reconocimiento de las personas con discapacidad como sujetos de derechos, con talentos y proyectos propios. Esto responde a directrices de la Convención de las Naciones Unidas (ONU) sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que invitan a repensar los prejuicios sociales y orientan la política pública hacia el fomento activo de la inclusión y la autonomía. Diversos estudios de la UNESCO han demostrado que la participación inclusiva impacta positivamente en la calidad de vida y en la reducción de la desigualdad.
El eje de “más oportunidades” se materializa en acciones concretas impulsadas por la administración distrital, orientadas a enfrentar la exclusión histórica reflejada en las cifras del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), que reportan mayores tasas de desempleo y segregación social para esta población. Iniciativas como el acceso gratuito al sistema de transporte público TransMilenio representan avances significativos hacia la eliminación de dichas barreras y la promoción efectiva de derechos básicos.




Por otra parte, “más independencia” se relaciona con el fortalecimiento de la autonomía, elemento central para la inclusión real, según Human Rights Watch. Desde el acceso a tecnologías de apoyo hasta servicios transversales, la ciudad busca garantizar que las personas con discapacidad puedan tomar decisiones informadas sobre sus vidas, ampliar sus márgenes de autonomía y desarrollar sus propios proyectos de vida sin discriminación.
El pilar de “más estar junt@s”, centrado en la convivencia comunitaria, prioriza la transformación de los entornos sociales para que la inclusión sea parte del día a día. Experiencias documentadas por medios como El Tiempo demuestran que la interacción frecuente entre personas con y sin discapacidad favorece una cultura de respeto, solidaridad e integración, superando los estereotipos aún presentes en la sociedad.
Así, Bogotá apuesta por una estrategia articulada y respaldada por fuentes internacionales y nacionales, procurando que el Mes de la Discapacidad represente mucho más que un símbolo: sea la manifestación de un compromiso permanente por erradicar las barreras estructurales y construir una ciudad donde la discapacidad sea entendida desde el enfoque de derechos y convivencia, y no como una limitación individual.
¿Cuál es la diferencia entre un enfoque asistencialista y un modelo de inclusión basado en derechos?
El asistencialismo, según la información citada en el artículo, consiste en medidas centradas en la ayuda puntual a las personas con discapacidad, sin abordar las causas estructurales de la exclusión. Este enfoque suele actuar de manera reactiva, mediante subsidios o apoyos aislados, y no garantiza la participación plena en la vida social. En contraste, un modelo de inclusión basado en derechos —como el promovido por “Bogotá, mi Ciudad, mi Casa”— enfatiza el respeto a la dignidad humana, la eliminación de obstáculos sociales y la creación de condiciones para la autonomía. Esta diferencia conceptual es fundamental, pues mientras el asistencialismo perpetúa la dependencia, el enfoque de derechos reconoce la diversidad y promueve oportunidades equitativas para todos.
¿Cómo contribuyen las políticas de transporte accesible a la inclusión en Bogotá?
El acceso al transporte es una necesidad clave para la inclusión social, como lo evidencian las acciones emprendidas en Bogotá durante el Mes de la Discapacidad, con la entrega de pasajes gratuitos en TransMilenio para personas con discapacidad. Esta política concreta responde a datos del DANE, que muestran altos índices de exclusión social asociados a la falta de opciones de movilidad adecuadas. Garantizar el transporte accesible permite no solo la integración escolar y laboral, sino también la participación en la vida cultural y comunitaria, lo que refuerza la autonomía y promueve la construcción de una ciudad más equitativa, plural y cohesionada.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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