Una vía en mal estado en el barrio Belén, de Ibagué, se convirtió en un gran problema para las familias que viven en la parte baja del sector.

Las piedras que ruedan por la calle cuarta a, entre carreras sexta y séptima, dañaron un pozo de alcantarillado y cada vez que llueve, las casas de esta zona se inundan.

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Los afectados, con escoba y baldes en mano, tienen que empezar a sacar las aguas negras para evitar que sus enseres se les dañen. 

Una de las afectadas es Carolina Varón Rincón, nacida y criada en el sector. Durante más de cinco años, ella ha gestionado el arreglo de la calle cuarta a, pero dijo que no ha habido voluntad política para solucionar el problema.

“La calle está en mal estado hace unos siete años y cada día es peor, sale mucha piedra. En época de lluvia como la que estamos viviendo, todas esas rocas se van para abajo, donde nosotros vivimos”, dijo.

Agregó que el peso de tantas piedras dañó una rejilla del pozo de alcantarillado y cuando llueve toda el agua que recoge la alcantarilla sale hacia la parte baja y el sector se convierte en un río. Lo peor es que es un caudal de aguas negras.

Las aguas negras inundan las viviendas situadas en la parte baja.

“Además de todo, del problema de movilidad que genera el estado de la calle, es antihigiénico luchar con esas aguas negras. Hemos llamado al Ibal y nos dice que debemos esperar, no obstante, nosotros le pagamos a la empresa el servicio de acueducto y alcantarillado. Esta es la única vía que tenemos para ingresar al sector en moto o caminando. Hay unas escaleras, pero por seguridad casi no transitamos por allí”, puntualizó la líder.

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En 2019, en respuesta a una petición, la Secretaría de Infraestructura le respondió que la intervención de la calle ya estaba incluida en un convenio, pero hasta el momento no se ha llevado a cabo.