Este lunes, se celebró a puerta cerrada en el búnker de la Fiscalía de Cartagena de Indias la audiencia de imputación de cargos contra cinco detenidos por el crimen, que fueron acusados de varios delitos, entre ellos, homicidio agravado en concurso y tenencia y porte ilegal de armas.

Cuatro de los cinco detenidos aceptaron los cargos, mientras que Francisco Luis Correa Galeano, el supuesto líder del plan, no aceptó los cargos, como recalcó el fiscal general, Francisco Barbosa.

Precisamente, el funcionario aseguró que el hecho de que Pecci y su esposa, la periodista Claudia Aguilera, publicaran detalles de su viaje en redes sociales, les sirvió a los “delincuentes” para hacerle seguimiento y ubicarlo.

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La Policía colombiana aseguró que tiene información que indica que los autores intelectuales del crimen del fiscal paraguayo Marcelo Pecci, asesinado en mayo pasado durante un viaje a Cartagena de Indias, están fuera de Colombia.

“Tenemos elementos de información […] que determinadores de este crimen podrían estar en otro país”, afirmó el director de la Policía, el general Jorge Luis Vargas, en rueda de prensa replicada por EFE, y añadió que ya trabajan en Paraguay para recolectar más información para “poder llegar a los determinadores en cualquier parte del mundo”.

Además, la Policía adelantó que busca a un supuesto autor material adicional, Gabriel Carlos Luis Salinas Mendoza, por el que ha emitido una circular azul de Interpol porque podría haber salido del país, probablemente a Venezuela, de donde es oriundo.

La información que maneja la Policía y la Fiscalía es que las personas acusadas ya se habían reunido cinco días antes del crimen, el 5 de mayo, en Medellín “para estructurar el plan de criminalidad”, en palabras de Barbosa, y desde ahí salieron por diferentes vías a Cartagena.

Pecci, uno de los fiscales antimafia más importantes de Paraguay, fue asesinado el 10 de mayo por sicarios en moto acuática cuando se encontraba en una playa de un hotel en la isla de Barú, cercana a Cartagena, celebrando su luna de miel.

Sin embargo, según la información de la Policía paraguaya, citada por Vargas, ya había una negociación, por parte del grupo criminal brasileño Primeiro Comando da Capital (PCC) “para que fuera cometido ese homicidio en Paraguay”, pero al no poder ser consumado, se determinó que “fuera realizado en cualquier parte del mundo”.