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Escrito por:  Fredy Moreno
Editor jefe     Oct 4, 2025 - 1:14 pm

Cuánto hubiera querido el presidente Gustavo Petro que la paz que parece solidificarse en Gaza fuera producto de sus discursos prohumanidad y anti-Israel, o consecuencia de su llamado a conformar el ejército mundial, de cuyo alistamiento (incluso dijo que abriría listas de enrolamiento en Colombia) no existen pruebas de despegue en ninguna parte del planeta. Por el contrario, esa anhelada paz en Medio Oriente la está consiguiendo un personaje al que el mandatario colombiano atribuye todas las tempestades en el mundo: Donald Trump.

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Con seguridad, ninguno de los involucrados en el acuerdo que pondría fin a dos años de guerra en la franja de Gaza, es decir, los cabecillas de grupo islamista palestino Hamás que desataron el conflicto al agredir a Israel el 7 de octubre de 2023; el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, que adelanta como respuesta un genocidio en Gaza, y el mismo Trump, consideran las palabras de Petro ya sea en Nueva York o Ibagué. La paz tampoco llegaría a Gaza porque el mandatario hubiera advertido: “Si el presidente de la República de Colombia, como Bolívar antes, como Ernesto Guevara, tiene que ir al campo de batalla en país ajeno, pero en defensa de la humanidad, estoy dispuesto a ir”.

Esas palabras no tuvieron mayor eco en el concierto internacional, lo mismo que su llamado a armar el “ejército de la salvación del mundo”. Tenían destinatarios específicos, no en Medio Oriente, sino en Colombia, en donde sus seguidores vandalizaron mobiliario público y atacaron todo lo que les oliera a empresariado, banca, oligarquía o sionismo. Y eso tampoco debe tener ninguna incidencia en el desenlace que se está dando en Gaza. Sí la tiene en el proceso electoral en el que está medito de cabeza el jefe de Estado, que, con la causa Palestina, busca engrasar y ajustar la maquinaria para ponerla en modo ‘primera línea’ con miras al 2026.

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Existen otras razones objetivas para que Hamás esté considerando el plan de Trump: el grupo está diezmado y acorralado dentro de sus propios túneles, enfrenta una nueva —y, al parecer, definitiva— ofensiva de Israel, y recibió el ultimátum de Trump que, más allá de que sea un personaje muy dado a la grandilocuencia y al uso de adjetivos en grado superlativo, ha demostrado que cumple lo que dice. Y esta vez le dijo a Hamás que, si no aceptaba su plan antes de las 6:00 P.M. de este domingo, hora de Washington, “el INFIERNO TOTAL [así, con mayúsculas], como nadie ha visto antes, se desatará” sobre esa organización islamista armada.

La advertencia del presidente estadounidense fue tan directa como aterradora: los combatientes de Hamás “están rodeados y atrapados militarmente, esperando solo mi orden para que sus vidas sean destruidas rápidamente. En cuanto al resto, sabemos dónde están y quiénes son, y serán buscados y asesinados”. Después se dirigió a todos los “palestinos inocentes” para que “abandonen inmediatamente esta zona donde podría haber una gran cantidad de muertes, y se dirijan a zonas más seguras de Gaza. Todos serán bien atendidos por quienes están listos para ayudar. ¡Afortunadamente para Hamás, tendrán una última oportunidad!”.

Que Trump no está cañando y se dispone a actuar militarmente en Gaza si Hamás no acepta su plan de paz lo puede certificar su propio vecindario. Desplegó una significativa fuerza naval en el Caribe para combatir a los carteles de las drogas que designó como grupos terroristas y narcotraficantes, y ya ha abatido fulminantemente cuatro lanchas, usando diversos tipos de munición letal. Esas acciones han dejado unas 17 personas muertas. La manera como va a lidiar diversos problemas en el mundo quedó reflejada con la orden de cambiar el nombre del Departamento de Defensa por el de Guerra.

Son estos pasos de animal grande los que siente Hamás, que afirmó este sábado que está dispuesto a empezar a dialogar para finalizar los detalles del plan propuesto por el presidente estadounidense para imponer un acuerdo de alto al fuego en la Franja de Gaza. “Estamos dispuestos a empezar las negociaciones inmediatamente para finalizar todas las cuestiones”, le dijo un alto cargo del grupo islamista a la AFP. Y este viernes, cuando se conoció el ultimátum de Trump, Hamás se declaró dispuesto a liberar a todos los rehenes, aunque no precisó cuándo ni aludió a las exigencias de dejar las armas ni de retirarse del territorio palestino después de la guerra, incluidas en la propuesta estadounidense.

A Petro, el grupo Hamás le celebró que expulsara a los últimos representantes diplomáticos de Israel en Colombia y ordenara denunciar el Tratado de Libre Comercio (TLC) vigente entre ambos países desde 2020. La organización islamista, con términos que resultan familiares en las intervenciones del jefe de Estado colombiano, agradeció esa “respuesta al crimen de interceptar la flota de la resistencia marítima que se dirigía a la Franja de Gaza [Flotilla Global Sumud] para romper el injusto bloqueo impuesto por el ejército de ocupación fascista”.

Gustavo Petro, a buscar otra causa internacional

Pero ni con su anuncio de ir a combatir a Gaza, queriendo emular lo que hicieron Bolívar y el Che Guevara en otras naciones, ni con las medidas contra Israel, el presidente Petro consiguió meterse en la discusión internacional sobre la paz en Medio Oriente, así sus seguidores, cuando echó su discurso pro-Palestina en Nueva York —en donde les pidió a los soldados estadounidenses desobedecer las órdenes de su comandante legítimo, es decir, Trump—, movieran la etiqueta #PetroLíderMundial.

De consolidarse la paz en Gaza, el presidente Petro deberá buscar otra causa internacional para alcanzar el liderazgo global que persigue desde la Presidencia de la República, un lugar en el que ya está activada la cuenta regresiva. Su llamado a enlistarse en un ejército mundial (que debería ser superior en capacidades a la mayor fuerza armada del planeta) perderá piso, salvo que encuentre otro escenario en el que puedan intervenir sus tropas, por ahora virtuales.

Pese a que, como repica cada vez que puede, su mayor preocupación son los niños de Gaza, no es factible que el presidente Petro se fije, por ejemplo, en Ucrania, un conflicto al que no se refiere, pero en el que, según el informe de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU sobre el impacto de la invasión rusa en los derechos de la infancia en ese país, publicado en marzo pasado, las muertes, las lesiones y las separaciones familiares duraderas “son algunos de los acontecimientos traumáticos que han trastornado la vida de los niños ucranianos”.

Entre el 24 de febrero de 2022 y el 31 de diciembre de 2024, la Oficina de Derechos Humanos de la ONU verificó que 669 niños murieron, 521 en territorio controlado por Ucrania y 148 en territorio ocupado, y 1.833 resultaron heridos, 1.529 y 394 respectivamente, muchos como consecuencia del uso extensivo, en zonas pobladas, de armas explosivas, un método que tanto le duele al mandatario colombiano y que lo mueve a pensar en ir a la lucha, aunque no por los lados de Ucrania.

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