La Unión Europea (UE) está “preparada” a una eventual interrupción de gas ruso y elabora “una respuesta coordinada”, declaró el miércoles la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, después de que Gazprom suspendiera sus entregas a Bulgaria y Polonia.

“El anuncio de Gazprom es un nuevo intento de Rusia de chantajearnos con el gas. Estamos preparados para ese escenario. Estamos elaborando nuestra respuesta europea coordinada. Los europeos pueden estar seguros de que estamos unidos y somos solidarios con los Estados miembros afectados”, dijo Von der Leyen en Twitter.

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El mes pasado, el presidente ruso Vladimir Putin advirtió que su país aceptaría únicamente el pago por su gas en la moneda nacional (el rublo), en respuesta a las sanciones tomadas en su contra por la invasión que ordenó sobre Ucrania. El conflicto que desató Putin ha puesto de manifiesto la dependencia de la UE del gas ruso, que representa el 45 % de sus importaciones totales.

Bulgaria y Polonia dijeron que están preparados para obtener el gas faltante por otras fuentes. “Hemos trabajado para garantizar entregas alternativas y los mejores niveles de almacenamiento posible en toda la UE”, indicó Von der Leyen en un comunicado. “Los Estados miembros han elaborado planes de urgencia para ese escenario y hemos trabajado con ellos de forma coordinada y solidaria”.

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La funcionaria europea anunció además que se estaba celebrando una reunión del “grupo de coordinación del gas” “mientras hablamos”. Calificó de “injustificada e inaceptable” el “paro unilateral” de las entregas. “Esto demuestra una vez más la falta de fiabilidad de Rusia como proveedor de gas”, dijo.

La decisión de Rusia sobre el gas se produjo después de una reunión de Estados Unidos y sus aliados occidentales en Alemania para intensificar la ayuda militar a Ucrania. Esa reunión ocurrió apenas horas después de que Rusia advirtiera del riesgo “real” de una nueva guerra mundial.

Estados Unidos reunió a unos 40 aliados en su base de Ramstein, en Alemania, y aseguró que está dispuesto a “remover cielo y tierra” para la victoria de Kiev. “Ucrania cree que puede ganar y lo mismo piensa todo el mundo aquí”, dijo el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin.

Los países de la OTAN han aumentado paulatinamente el calibre del armamento que hacen llegar a Kiev. El martes, Alemania dio un giro a su política precavida y anunció el envío de tanques y Países Bajos informó del suministro de obuses blindados.

La ministra de Relaciones Exteriores británica, Lizz Truss, instará el miércoles a sus aliados a “incrementar” la producción militar, incluyendo tanques y aviones, para Ucrania y reclamará al resto de Europa a cortar “de una vez por todas” sus importaciones de energía desde Rusia.

Principal proveedor de hidrocarburos al mercado europeo, Moscú ha usado esta condición para ejercer presión sobre la Unión Europea que, por ahora, solo ha impuesto un embargo sobre el carbón, pero no sobre el gas y el petróleo.

Esta debilidad quedó manifiesta el martes, cuando el gigante energético ruso Gazprom anunció a Polonia y Bulgaria que cortaría sus envíos de gas a partir del miércoles a pesar de los contratos vigentes con estos países.

Bulgaria, casi dependiente por completo de Rusia para su suministro de gas, aseguró que había llevado a cabo “acciones para encontrar acuerdos alternativos para el suministro” y que “por el momento” no restringiría el consumo.

La energética polaca PGNiG también confirmó el cierre a partir del miércoles, aunque su primer ministro afirmó que las unidades de almacenamiento de gas estaban al 76% de capacidad y que disponían de otras fuentes de suministro.