Situado a 150 kilómetros al norte de Kiev, y cerca de la frontera con Bielorrusia, la central nuclear de Chernóbil cayó en manos rusas el primer día de la invasión ordenada por Vladimir Putin. A continuación, sufrió un corte de electricidad y de sus sistemas de comunicación.

“El mundo estuvo de nuevo al borde de la catástrofe, porque para el ejército ruso, la zona y la central de Chernóbil constituían un territorio normal de operaciones militares”, dijo Zelenski durante una rueda de prensa conjunta en Kiev con el jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi.

“Ningún país, desde 1986, ha supuesto una amenaza a tan gran escala para la seguridad nuclear en Europa y en el mundo como lo ha hecho Rusia desde el 24 de febrero”, añadió.

Grossi, por su parte, dijo a los periodistas que su trabajo consistía en garantizar que “la tragedia de la guerra no se viera incrementada por un accidente nuclear”. (Vea tambiénRusia reitera amenaza real de tercera Guerra Mundial, luego de visita de EE. UU. a Ucrania).

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También aseguró que habrá “un trabajo especial dedicado a la restauración, la recuperación de todas las capacidades allí y la infraestructura que fue dañada en las últimas semanas”.

Las tropas rusas ocuparon las instalaciones de Chernóbil el 24 de febrero, el primer día de la invasión rusa de Ucrania.

La ocupación duró hasta finales de marzo y provocó una gran preocupación mundial por el riesgo de que se produjeran fugas de radiactividad. La central de Chernóbil fue el lugar donde se produjo en 1986 la peor catástrofe nuclear civil de la historia.