La visita de los secretarios de Estado, Antony Blinken, y Defensa, Lloyd Austin, a la capital ucraniana llega cuando la guerra lanzada el 24 de febrero por Moscú deja miles de muertos y millones de desplazados.

El consejero presidencial ucraniano Oleksiy Arestovych dijo que el mandatario Volodimir Zelenski se reunió el domingo con los dos altos cargos estadounidenses, en momentos que Ucrania busca socorrer a miles de personas atrapadas en el puerto sureño de Mariúpol, a punto de caer en manos rusas.

La visita de Blinken y Lloyd coincide con las celebraciones de Pascua en una Ucrania mayoritariamente ortodoxa.

“Nuestras almas están llenas de un odio feroz hacia los invasores y todo lo que han hecho. No dejemos que la rabia nos destruya por dentro”, dijo Zelenski en una declaración con motivo de la festividad.

Estados Unidos es una importante fuente de apoyo financiero y bélico para Ucrania e impuso duras sanciones contra Rusia, pero no había enviado altos funcionarios a Kiev como hicieron varios líderes europeos.

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De su lado, el papa Francisco renovó este domingo ante miles de fieles en la plaza San Pedro su llamado a una tregua con motivo de la Pascua ortodoxa.

En el terreno, las fuerzas rusas no dan señal de reducir sus ataques tras un lanzamiento de misil en la ciudad sureña de Odesa, que según Ucrania dejó ocho muertos, incluido un bebé.

En tanto, cinco civiles murieron y uno resultó herido en Donetsk, dijo el gobernador de la región oriental, Pavlo Kirilenko.

Zelenski acusó a Rusia de ser un Estado terrorista y de actuar como los nazis en la devastada ciudad de Mariúpol, bombardeada intensamente desde hace semanas.

Este domingo, el gobierno ucraniano invitó a Rusia a negociar cerca del complejo industrial de Azovstal de ese puerto estratégico del sur, donde hay atrincherados combatientes y civiles ucranianos.

“Hemos invitado a los rusos a llevar a cabo una sesión especial de diálogos justo al lado de la planta de Azovstal”, declaró Oleksiy Arestovich e indicó que “esperaba la respuesta” rusa.

El presidente ruso Vladimir Putin ordenó a sus fuerzas no asaltar la planta, pero los ucranianos aseguran que el complejo es objeto de incesantes ataques.