“Comunico a todos que hoy di positivo para COVID-19. Me quedaré en cuarentena en Estados Unidos, siguiendo todos los protocolos de seguridad sanitaria“, dijo el ministro en sus redes sociales.

La ONU dispuso que todos los asistentes a la Asamblea General debían estar vacunados, pero no exigió prueba de ello, y limitaba el tema a un pacto de palabra. Hasta el momento el presidente Bolsonaro no ha recibido oficialmente una vacuna, y aún así asistió, pero Queiroga sí estaba vacunado.

El Gobierno brasileño dijo en una nota que Queiroga se encuentra “bien” y comunicó que el resto de los integrantes de la comitiva se hicieron test de diagnóstico y dieron negativo.

Sin embargo, según la prensa local, este es el segundo caso de coronavirus en la delegación brasileña que viajó a Nueva York, después del positivo de un diplomático que formó parte del grupo de avanzadilla que preparó la llegada de Bolsonaro a la ciudad.

Lee También

Queiroga llegó a Nueva York el domingo en el mismo avión que Bolsonaro, a quien acompañó el lunes durante la reunión bilateral que mantuvo con el primer ministro británico, Boris Johnson. Posteriormente se reunió con investigadores brasileños que actúan en Estados Unidos y asistió a una cena ofrecida a Bolsonaro en la residencia oficial del embajador de Brasil en la ONU.

Antes, el ministro dejó una polémica imagen al dedicarle varios gestos obscenos a unos manifestantes que protestaban contra el jefe de Estado brasileño en los alrededores del hotel donde están hospedados.

Ante la ONU, Bolsonaro criticó medidas contra la pandemia

Este martes, Queiroga acompañó a Bolsonaro al plenario de la Asamblea General de la ONU, donde se encontraron con el presidente de Polonia, Andrzej Duda, y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres.

En su intervención ante Naciones Unidas, Bolsonaro criticó las medidas de distanciamiento social para combatir la pandemia y los certificados de vacunación que están empezando a exigir algunos países.

“Apoyamos la vacunación”, pero no el “pasaporte sanitario”, dijo el gobernante ultraderechista, quien asegura que aún no se ha vacunado contra el coronavirus y que no piensa hacerlo hasta que lo haga el “último” brasileño.

La resistencia de Bolsonaro a vacunarse ha generado diversas polémicas en Nueva York, cuyo alcalde, Bill de Blasio, criticó en duros términos la postura del mandatario brasileño.

Bolsonaro también aprovechó su intervención en la ONU para defender un polémico cóctel de medicamentos patrocinados por su Gobierno para combatir la pandemia y que incluye fármacos no comprobados científicamente contra el virus, como la cloroquina.

Con más de 591.000 decesos y 21,2 millones de positivos, Brasil es el segundo país con más muertes por covid-19, por detrás de Estados Unidos, y el tercero con más contagios, luego de la nación norteamericana y la India.