Como todavía no está vacunado contra el COVID-19, el mandatario de 66 años, que el martes participará en la Asamblea General de Naciones Unidas, no tiene el pase sanitario exigido para entrar en restaurantes y otros lugares públicos de Nueva York, relataron medios brasileños.

“Cena de lujo en Nueva York”, bromeó en Twitter el ministro de la Secretaría de la Presidencia, Luiz Eduardo Ramos, en un tuit publicado el domingo por la noche e ilustrado con una foto de Bolsonaro disfrutando de un pedazo de pizza junto a varios miembros de su delegación. (Vea también: Bolsonaro lideró manifestación de motociclistas en Brasil, y lo critican por aglomeración).

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Vamos de Pizza con Coca Cola“, escribió en Instagram el ministro de Turismo, Gilson Machado.

“A Bolsonaro le gusta simular simplicidad y modestia en momentos así (…), pero no se trata de gusto o elección, sino de una imposición de la ley vigente en Nueva York“, explicó el célebre columnista Reinaldo Azevedo en el portal de noticias brasileño Uol.

Como marca la tradición, el presidente brasileño debe pronunciar el primer discurso en la Asamblea General de la ONU el martes, aunque su participación fue puesta en duda durante unos días.

Las autoridades sanitarias de Nueva York dijeron al principio que el anfiteatro de la Asamblea General es “un centro de convenciones” sujeto a las mismas reglas sanitarias que la mayoría de los espacios cerrados.

Pero el pasado jueves el presidente de la Asamblea General, Abdulla Shahid, escribió a los delegados de los estados miembros para especificarles que basta con declarar que no son portadores del virus (por medio de la vacuna, una prueba negativa o la ausencia de síntomas).

Muy criticado por su gestión de la crisis sanitaria, Bolsonaro, que suele decir que ya está inmunizado luego de haberse contagiado de coronavirus el año pasado, ha afirmado reiteradamente que será “el último brasileño” en recibir una vacuna anticovid, de la que ya se han inyectado 222 millones de dosis en su país.

Después de llegar a Nueva York el domingo por la noche, tuvo que usar la puerta trasera para ingresar a su hotel para no toparse con los manifestantes que lo esperaban frente a la entrada principal a gritos de “¡Fuera Bolsonaro!”, según la prensa.

Esta es la imagen de Bolsonaro comiendo en la calle: