Durante el desfile militar del fin de semana, cuando Corea del Norte mostró su poderío militar y misiles balísticos intercontinentales, el líder dijo que sus antecesores (su padre y su abuelo) habían puesto un punto muy alto; en ese momento, la cabeza del gobierno norcoreano se removió los lentes y se limpió las lágrimas, reporta el diario británico The Guardian, que las atribuye a los cuestionamientos sobre su liderazgo.

“Nuestra gente ha puesto en mí su confianza, tan alta como el cielo y tan profunda como el mar, pero he fallado en siempre estar a la altura de forma satisfactoria. Y me disculpo por ello”, dijo Kim Jong-un, citado por el medio.

Arsenal militar de Corea del Norte, un peligro para Estados Unidos

Por su parte, la agencia AFP señala que el nuevo misil balístico intercontinental gigante presentado por Corea del Norte durante el mencionado desfile es una amenaza explícita contra al sistema de defensa antimisiles estadounidense pero también un desafío implícito al presidente Donald Trump, según los expertos.

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Colocado en un vehículo lanzador que desfiló por la plaza Kim Il Sung de Pyongyang, el misil balístico intercontinental (ICBM) constituyó el apogeo del desfile nocturno celebrado en la capital norcoreana.

Los expertos subrayaron que se trata del misil móvil de combustible líquido más grande del mundo, y que muy probablemente fue diseñado para transportar una  ojiva de varias cabezas nucleares (MIRV).

“Es decepcionante que Corea del Norte continúe dando prioridad a su programa prohibido de misiles nucleares y balísticos”, dijo un funcionario del gobierno de Donald Trump, que prefirió no ser identificado.