Una corte estadounidense suspendió por el momento la más reciente disposición del expresidente Donald Trump que buscaba prohibir la matriculación de estudiantes internacionales en la Universidad de Harvard.
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El fallo, emitido por la jueza Allison Burroughs, impide que la administración republicana aplique la orden anunciada apenas un día antes por la Casa Blanca, según informó DW.
La disposición pretendía restringir la entrada a Estados Unidos de la mayoría de los nuevos estudiantes extranjeros aceptados por Harvard, además de amenazar con la posible revocatoria de los visados ya existentes. En el documento oficial, se argumentaba que “la conducta de Harvard la ha convertido en un destino inadecuado para los estudiantes y académicos extranjeros“.
¿Qué dice Harvard sobre las medidas de Trump?
Ante este escenario, la universidad respondió modificando una queja ante un tribunal federal, señalando que se trataba de uno más de varios intentos del gobierno para aislarla de su comunidad internacional. Según Harvard, la medida se enmarca dentro de una “campaña de represalias” por parte del gobierno, en reacción al ejercicio de la libertad de expresión, especialmente cuando la institución se ha opuesto a las exigencias del Ejecutivo de intervenir en la gobernanza, planes de estudio y posturas ideológicas de profesores y estudiantes.
De acuerdo con la jueza Burroughs, Harvard logró demostrar que una orden de restricción temporal era indispensable para evitar daños inmediatos e irreparables antes de que todas las partes fueran escuchadas en el tribunal. Cabe recordar que la misma magistrada ya había frenado antes una iniciativa similar de la administración Trump contra estudiantes extranjeros.
Impacto de las restricciones a estudiantes internacionales en Harvard
En los últimos meses, Harvard se ha convertido en el principal blanco de la agenda política de Trump hacia las universidades estadounidenses de élite, a quienes acusa de permitir manifestaciones propalestinas y de mantener políticas de diversidad, equidad e inclusión contrarias a su gobierno. El presidente republicano congeló cerca de 3.200 millones de dólares en subvenciones federales y contratos con Harvard y la ha excluido de futuras ayudas, además de advertir posibles retiradas de beneficios fiscales.
La ofensiva también afecta directamente a los estudiantes internacionales, que constituyen el 27% de los inscritos en el ciclo lectivo 2024-2025 y representan una fuente significativa de ingresos para la institución. Si bien Harvard reconoce la autoridad presidencial para restringir la entrada al país por razones de interés público, argumenta que, en esta ocasión, la prohibición responde realmente a un ánimo de venganza del gobierno y no a preocupaciones de seguridad nacional.
A pesar de la suspensión temporal, la situación causa incertidumbre entre los estudiantes extranjeros: muchos no saben si podrán regresar a Estados Unidos después de las vacaciones o si la propia universidad ofrecerá garantías. Un estudiante indio de la Harvard Kennedy School, bajo anonimato por miedo a represalias, indicó que aún no han recibido directrices claras y calificó la situación como alarmante.
Por su parte, Alfred Williamson, de origen galés y danés y estudiante de segundo año, consideró que la medida es un acto autoritario que penaliza a quienes optan por universidades independientes frente al gobierno. Desde la vuelta de Trump al poder, el sector educativo, principalmente los centros de la Ivy League, ha sido objeto de crecientes presiones y amenazas desde la Casa Blanca.
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