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El lanzamiento de “Pidiendo Cacao”, la más reciente colaboración de Paola Jara y Kelly Cárdenas, marca un nuevo episodio en la evolución del corrido popular en Colombia. Este tema, que se sostiene sobre el eje del despecho y la ironía, relata la historia de un hombre que regresa a pedir perdón cuando ya es demasiado tarde, incorporando elementos clásicos del género. La apuesta lírica se alinea con la tradición musical popular, que ha funcionado históricamente como un relato social, donde las emociones y los conflictos cotidianos se transforman en canciones de hondo calado emocional, especialmente dirigidas a públicos femeninos y de fuerte arraigo popular, según demuestra la fuente original.
Sin embargo, la relevancia de “Pidiendo Cacao” trasciende su letra. El corrido, junto a géneros como el vallenato y la ranchera, constituye un pilar fundamental de la música popular en las regiones colombianas, caracterizándose por servir como vehículo para narrar vivencias colectivas. Estudios recogidos por la Revista de Estudios Culturales Latinoamericanos subrayan la función de estas manifestaciones musicales como memoria social: un espacio donde la comunidad reconoce, procesa y comparte los acontecimientos y emociones cotidianas, creando lazos a través de la identificación con sus relatos.
La inclusión de estas artistas en el cartel del “Festival Pa Gozar y Cantar 2.0”, previsto para el 28 de febrero en el estadio El Campín de Bogotá, representa la consolidación de la música popular en escenarios masivos y urbanos. Este evento, que agrupa a figuras como Calibre 50, Jessi Uribe y Arelys Henao, se convierte en un escaparate que, según reseña El Espectador, no solo visibiliza a las mujeres dentro del género sino que responde a la demanda de una audiencia joven, interesada en la fusión de sonidos tradicionales y contemporáneos y en la colaboración intergeneracional entre artistas.
Por otra parte, la cooperación entre Paola Jara y Kelly Cárdenas subraya el impulso de la representación femenina en un ámbito históricamente regido por voces masculinas. El análisis de la Universidad Nacional de Colombia documenta un crecimiento sostenido en la presencia de mujeres, motivado en parte por puentes y alianzas que retan los antiguos estereotipos vinculados a la música popular, otorgando nuevas perspectivas y mayor diversidad a la escena musical del país.




La utilización de recursos como la ironía y el despecho, presentes en “Pidiendo Cacao”, es una constante que, según la comunicóloga cultural Mariana Gómez, permite que la música popular funcione como un escaparate emocional y crítico. Estos elementos favorecen la identificación colectiva, transformando las canciones en vehículos para la catarsis social y el fortalecimiento de los vínculos comunitarios. Por tanto, este lanzamiento puede entenderse como un manifiesto del vigor cultural y la riqueza narrativa del género popular, reafirmando tanto su legado como su capacidad de reinvención frente a una sociedad en evolución.
En resumen, “Pidiendo Cacao” se inscribe con fuerza en el devenir de la música popular colombiana, destacando por su lirismo, su contexto cultural y su aporte al crecimiento de la diversidad femenina en el género. Esta colaboración aspira no solo a trascender como un éxito comercial, sino también a consolidar una narrativa reflexiva que acompaña y representa las realidades contemporáneas del público colombiano.
¿Qué caracteriza al corrido popular en Colombia? El corrido popular, como forma musical, se distingue por su función narrativa: a través de letras directas y emotivas, aborda historias de amor, desamor, arrepentimiento y redención. En Colombia, estos relatos han servido para articular experiencias colectivas y expresar sentimientos compartidos por comunidades enteras, siendo un recurso tradicionalmente empleado para transmitir valores, críticas sociales y memorias generacionales. Su arraigo y aceptación en los contextos regionales lo han transformado en uno de los géneros más representativos de la música popular en el país.
Esta relevancia se afianza gracias a su capacidad para adaptarse: el corrido mantiene elementos musicales propios del folclor colombiano, pero a la vez admite influencias contemporáneas y experimenta con la colaboración de artistas de diversa procedencia. Esa flexibilidad lo convierte en un género vivo y dinámico, cuyas narrativas se renuevan constantemente para conectar con públicos de distintas edades y contextos sociales.
¿Cómo ha evolucionado la presencia femenina en la música popular colombiana? El crecimiento de la participación femenina en la música popular en Colombia constituye un fenómeno reciente pero significativo. Históricamente, el género estuvo dominado por intérpretes masculinos, reflejando patrones y estereotipos sociales ligados a las narrativas tradicionales. En los últimos años, según análisis de la Universidad Nacional de Colombia, las mujeres han incrementado su presencia a través de proyectos individuales y colaborativos, desafiando roles preestablecidos y aportando nuevas perspectivas temáticas y estilísticas.
Este avance se visibiliza tanto en la mayor representación femenina en festivales y eventos como en el reconocimiento de sus propuestas musicales por parte de críticos y público. La irrupción de artistas como Paola Jara y Kelly Cárdenas, y el auge de colaboraciones entre mujeres, han sido clave en este proceso de transformación, promoviendo una apertura y democratización del género que redefine el panorama musical colombiano.
* Este artículo fue curado con apoyo de inteligencia artificial.
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