
El reconocido periodista ‘Gordo’ Ariel compartió en ‘La corona TV’ una impactante historia que parece sacada de una telenovela, pero que fue muy real y dolorosa para la familia de la presentadora Ana Karina Soto.
Todo ocurrió en la ciudad de Cúcuta, donde su padre, Gustavo Soto, vivía solo en la casa que una vez compartió con su esposa e hijas, y que guardaba los recuerdos más significativos de su vida familiar.
(Vea también: “Es un guerrero”: desde el hospital, Ana Karina Soto destapó difícil situación con su papá)
Según relató el comunicador, el hecho sucedió en horas de la noche. Gustavo Soto dormía tranquilo, como cualquier otro día, cuando de repente fue despertado por los gritos de alerta de los vecinos. Asustado, se levantó rápidamente y, al asomarse por la ventana de su habitación, vio humo saliendo por todas partes.




El humo provenía de la antigua habitación de Ana Karina, la misma en la que creció cuando vivía con sus padres. Las llamas habían tomado fuerza en segundos. Se determinó posteriormente que la causa del incendio fue un cortocircuito: tras un bajón de energía, una chispa eléctrica encendió el colchón, las cortinas y propagó el fuego por toda la habitación.
“Don Gustavo, desesperado y angustiado, salió corriendo a pedir ayuda a los vecinos, gritando con voz entrecortada”, explicó Osorio. “¡No dejen que se me queme mi casita! Es lo único que me queda de mi esposa, de mi familia…”
Ver esta publicación en Instagram
El lugar no era solo una vivienda: era el refugio emocional de toda una vida, el último recuerdo físico que tenía de su esposa fallecida y del tiempo en que crió a sus hijas allí. Un vigilante del sector intentó calmarlo diciéndole que ya habían llamado a los bomberos, pero el tiempo pasaba y nunca llegaron.
Frente a la ausencia de respuesta de los cuerpos de emergencia, los vecinos no se quedaron de brazos cruzados. Tomaron baldes de agua y, entre todos, empezaron a combatir el fuego. Gracias a esa rápida y valiente acción comunitaria, lograron salvar la casa de ser consumida por completo.
Sin embargo, el daño fue devastador. Aunque se evitó que el incendio arrasara con toda la estructura, las paredes quedaron tiznadas, el humo impregnó cada rincón y la vivienda quedó inhabitable. Don Gustavo, afectado por la pérdida y el impacto emocional, tuvo que irse a vivir con una de sus hermanas, mientras se realizan las labores de reparación de su hogar.
Dado que Ana Karina se encuentra actualmente con múltiples compromisos laborales, fue su hermana Gina Soto quien asumió la responsabilidad de estar al frente de la situación, apoyando a su padre en este momento difícil y liderando la recuperación de la casa familiar.
Este lamentable suceso no solo evidenció la vulnerabilidad de los adultos mayores, sino también la importancia de contar con servicios de emergencia eficientes. Y aunque las llamas consumieron parte de los recuerdos materiales, lo que no se quemó fue el amor de una familia unida que, incluso en la adversidad, sigue firme.
* Pulzo.com se escribe con Z
LO ÚLTIMO