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María José Arias, una joven prodigio de 13 años originaria de Fusagasugá, Cundinamarca, se alzó recientemente como la reina Infantil del Encuentro Vallenato Femenino (EVAFE) 2025, celebrado el pasado 15 de agosto en la emblemática plaza Alfonso López de Valledupar. Su logro destaca dentro de un evento que se ha consolidado como la principal plataforma para visibilizar y empoderar el talento femenino en el folclore vallenato, el género musical emblema de la región Caribe colombiana, declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2015 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Según lo informado por EL PILÓN y fuentes académicas, María José sorprendió por su dominio de los cuatro aires tradicionales del vallenato: paseo, merengue, son y puya, reafirmando así su crecimiento artístico y el papel preponderante que las nuevas generaciones de mujeres están jugando dentro del género.
El recorrido personal de María José inició a los nueve años, impulsada por una pasión cultivada al calor de su entorno familiar y fortalecida por la guía de reconocidos mentores como Sergio Luis Rodríguez y Almes Granados. Apenas en mayo de este año había sido coronada Reina Menor en el Festival de la Leyenda Vallenata, otro de los certámenes más prestigiosos del país, consolidando su reputación como una figura emergente. Su historia no solo refleja una dedicación inquebrantable, sino que también evidencia cómo las jóvenes mujeres están desafiando estereotipos y abriendo caminos en un campo tradicionalmente restrictivo.
El EVAFE, según reiteran académicos de la Universidad del Magdalena, representa mucho más que una contienda musical: es un encuentro transformador y comunitario. Expresado en palabras de la propia María José, este festival es ante todo un espacio de conexión donde las participantes comparten y transmiten auténticamente su pasión por el vallenato, estableciendo redes de apoyo y sororidad. Desde su creación en 2016, el evento ha contribuido de manera significativa a dinamizar la presencia femenina en el acordeón, instrumento históricamente vinculado a lo masculino, y ha incrementado el acceso de niñas y adolescentes a la formación profesional y visibilidad pública.
En la reciente edición, junto a María José, sobresalieron otras jóvenes talentos como Ana Paula Leal, de Chinácota, quien obtuvo el segundo puesto, y Galicia Camacho, del Magdalena, tercera clasificada. El reconocimiento a Salomé Peña de la Cruz como mejor aprendiz resaltó además el auge de la formación técnica y la profesionalización en este campo, según se indica en los reportes de la Cámara de Comercio de Valledupar y estudios especializados de la Universidad Nacional de Colombia.




La irrupción de nuevas voces femeninas en el vallenato responde no solo a cambios en las prácticas culturales, sino también a transformaciones sociales más amplias. Expertos de la Universidad Nacional subrayan que el surgimiento de festivales como EVAFE implica una revitalización del género y una apuesta por la equidad. Estos certámenes han abierto puertas para que las mujeres exploren y redefinan narrativas musicales desde sus propias experiencias y miradas, lo que amplía la riqueza creativa y simbólica del folclore vallenato.
Por otro lado, el fortalecimiento del vallenato femenino está generando una dinámica económica local relevante. Informes de la Cámara de Comercio de Valledupar describen cómo la profesionalización de las artistas impulsa una nueva industria creativa, desde la gestión de eventos, contratos de conciertos y formación artística, hasta la promoción de contenidos digitales. En conclusión, el talento y perseverancia de niñas como María José Arias no solo reescriben la historia musical del Caribe colombiano, sino que son catalizadoras de transformación en la sociedad.
Preguntas frecuentes relacionadas
¿Cuáles son los cuatro aires tradicionales del vallenato y en qué consiste cada uno?
El vallenato tradicionalmente se interpreta en cuatro aires: paseo, merengue, son y puya. Cada uno tiene estructuras rítmicas y melódicas específicas que representan distintos matices expresivos dentro del folclore. El paseo es quizás el más popular, caracterizándose por un ritmo moderado y letras narrativas. El merengue vallenato es ágil y animado, ideal para el baile. El son es melódico, introspectivo y pausado, mientras que la puya, por su parte, destaca por la complejidad técnica y rapidez en la ejecución del acordeón. El dominio de estos aires es considerado una muestra de maestría entre los y las acordeonistas.
Comprender estos estilos resulta clave para analizar los concursos de vallenato y la evolución técnica de jóvenes talentos como María José Arias, ya que la versatilidad en estos formatos es un criterio importante de evaluación en festivales. Así mismo, la capacidad de interpretar convincentemente los cuatro aires contribuye a la diversificación y preservación del género.
¿Cómo se ha promovido la equidad de género en el vallenato a través de festivales como EVAFE?
Festivales como el Encuentro Vallenato Femenino han sido esenciales para visibilizar el acceso de las mujeres al folclore vallenato, un espacio históricamente dominado por los hombres. Desde su lanzamiento en 2016, EVAFE implementa estrategias que van desde convocatorias abiertas, espacios para mentoras y formación académica hasta conciertos dirigidos por mujeres, lo que ha favorecido el surgimiento de referentes femeninos y la creación de nuevas redes de colaboración.
Este proceso ha permitido, según análisis de la Universidad del Magdalena, que niñas y adolescentes se inserten más temprano en la práctica musical profesional y desarrollen carreras sostenibles. Además, contribuye a reforzar el debate sobre los derechos culturales y la equidad de género, generando un impacto social más allá de la música e inspirando a otras comunidades en Colombia.
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