“Cuando llega al poder alguien que alguna vez empuñó las armas, no se debería esperar nada diferente a un infinito desconocimiento de las instituciones”, asegura Luis Carlos Vélez en su columna de hoy en Semana.

Sin mencionar a ningún candidato de la contienda que cada vez se calienta más en Colombia, el periodista cita un libro de memorias de Barack Obama para decir que el poder que se constituye en la Casa Blanca acentúa las características de quienes llegan al cargo más importante de Estados Unidos.

“Eso significa, según el exmandatario (Obama), que, si alguien es generoso, su amplitud se multiplica, pero, si el que llega es, por ejemplo, egoísta, su amor y admiración por sí mismo una vez en el mando no alcanza límite”, asegura Vélez.

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En ese sentido, agrega, se puede concluir que, si llega al poder una persona que ha empuñado las armas pasando por encima de la ley y la democracia, “no se debería esperar nada diferente a un infinito desconocimiento de las instituciones y una determinación férrea de silenciar voces divergentes”.

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Vélez también se refiere a las elecciones que realizan este fin de semana en Nicaragua y critica que, por cuarta vez, será reelegido el “dictador” Daniel Ortega, que ha cambiado leyes, silenciado medios de comunicación y hasta puso en la cárcel a sus rivales políticos.

Ortega no ha dejado detalle de poder al libre albedrío. Durante este nuevo largo periodo de gobierno, ha logrado el control total del Congreso y con él ha construido un esquema que le permite crear leyes a su deseo y medida”, agrega el director de La FM.

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Finalmente, Luis Carlos Vélez afirma que la gente está cansada en Nicaragua con la dictadura de Daniel Ortega y quienes hacen parte de su descendencia, que no son más que “unos asesinos usurpadores con complejo de superioridad (…) hampones perfumados, ladrones y mentirosos compulsivos”.

“Lamentablemente, por ahora no hay nada que hacer. Los rusos se dieron cuenta del provecho que le podían sacar al mequetrefe y le han inyectado armas y entrenamiento militar. Es indestronable”, sentenció.