A Justo & Bueno le llegó su fin. La Superintendencia de Sociedades ordenó este jueves la liquidación judicial de la compañía, luego de que el mismo apoderado solicitara formalmente el inicio de este proceso ante la no aparición del supuesto nuevo dueño para saldar las deudas que se tenían con arrendadores, empleados, proveedores y hasta la Dian.

El pasado 10 de mayo la empresa tenía el plazo límite para hacer los respectivos pagos por las acreencias que sumaban más de 135.000 millones de pesos. Justo & Bueno esperaba que el nuevo inversor, el fondo chino JF Capital International Limited, aportara los recursos a los que supuestamente se había comprometido.

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“Lamentamos profundamente que no se haya efectuado el pago como prometió el nuevo propietario a los colaboradores, arrendadores y acreedores. En virtud de nuestro análisis de inviabilidad, es nuestro deber solicitar la apertura del proceso, actuando con responsabilidad ante los acreedores, las autoridades, la sociedad, y ante quienes han sido beneficiados por este modelo que busca mejorar la calidad de vida de las familias”, indicó la empresa a través de un comunicado.

Además, en la audiencia pública de la Superintendencia de Sociedades la compañía se pronunció sobre lo que pudo suceder con el nuevo dueño: “No entendemos qué pudo pasar con el anunciado ingreso de los recursos al país. Esperamos que JF Capital, como nuevo propietario de Justo & Bueno, se manifieste públicamente”.

Finalmente, los arrendadores, empleados y las personas que reclaman sus respectivos pagos, se plantaron frente a la sede de la Supersociedades para reclamar el dinero que les corresponde por los incumplimientos. Por el momento no se sabe cuál será el proceso para que se comience a saldar todas las acreencias que tenía la compañía.