En la mañana de este miércoles más de 800 tiendas de la empresa de supermercados Justo & Bueno amanecieron cerradas, ante el no pago de las deudas que debían saldar con fecha límite al 10 de mayo por parte de los nuevos dueños que se habían comprometido a saldar más de 135.000 millones de pesos en incumplimientos que tienen con arrendadores, empleados, bancos proveedores y hasta a la Dian.

JF Capital International Limited con origen en China, fue anunciado en el proceso de reorganización como el nuevo inversionista que inyectaría un dinero importante para ponerse al día en todos los pagos. Al no saldar las acreencias, la empresa de mercaderías se arriesga a una orden de liquidación por parte de Supersociedades en la audiencia programada para este jueves a las 9 de la mañana. 

Sin embargo, no todo está perdido para Justo & Bueno, pues tendría más maniobras para salvar a la compañía si le declaran la orden de liquidar. Entre las propuestas que se hicieron en la segunda fase del proceso de reorganización, se sugiere una capitalización de las acreencias, la búsqueda de otros inversionistas y el suministro de mercancías y productos que le den continuidad a la operación de la compañía. Todo esto con el fin de asegurar la confianza de los clientes. 

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Al respecto, el superintendente delegado, Santiago Londoño, pidió que todas las propuestas fueran discutidas directamente con la compañía señalada y radicadas en el expediente. Además, invitó a buscar soluciones para responder a las más de 501 denuncias y 20 tutelas por incumplimientos. Se llegó a considerar una eventual modificación del modelo de negocio.

El mismo funcionario también abrió el manto de duda sobre la procedencia de los nuevos dueños que ahora figuran en la compañía: “No arrojan información precisa y cierta que brinde juicio de convencimiento sobre los planes de capitalización, y que sumando al impacto socio económico de la insolvencia, hace debatible la finalidad del trámite de reorganización”.

Los dueños de los locales y algunos proveedores han manifestado que tanto hermetismo con la llegada del nuevo dueño es solamente una maniobra para dilatar el proceso, por eso piden que se dé la orden de liquidación.