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El dinero solicitado a un gota a gota es entregado en minutos y eso es lo atractivo de su existencia, sin embargo, los prestamistas suelen cobrar con intereses altos, hasta del 40 %.
Con esta figura financiera usted tiene menos de un mes para devolver el dinero, en algunos casos son 20 días y otros 30, pero si no cumple con lo acordado inicialmente puede correr riesgos.
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Estas personas cuentan con cobradores que, día tras día, van a su domicilio por la cuota para que quede en paz y salvo, pero también pueden ir solo una vez por semana o al mes.
Según Datacrédito Experian, uno de cada cuatro ciudadanos acude a este tipo de créditos. La mayoría son personas con edades entre 36 y 45 años, de estrato uno, separados o en unión libre, que no cuentan con una tarjeta de crédito.
Ejemplo de un préstamo con esta figura
Las personas acuden a un gota a gota cuando sucede un evento esporádico que afecta sus finanzas mensuales, por lo que se ven en la necesidad de solicitar el dinero.
Un ejemplo es cuando por incumplir con la medida del pico y placa en Bogotá las autoridades de tránsito le ponen una multa y le inmovilizan la motocicleta, por lo que también debe pagar por el tiempo que dure en los patios de la Secretaría de Movilidad.
Si desea sacarla el mismo día que ingresó puede acudir a uno, solicitando un préstamo de $700.000 con pagos diarios de $50.000 para que la deuda quede saldada en 14 días.
Pero, se le debe sumar lo que el gota a gota establezca de interés, que puede ser del 20 %, para ganarle al préstamo que le hizo, por lo que en realidad deberá pagar un total de $60.000 diarios y, en caso de que no pague con puntualidad, los cobradores harán su labor de intimidarlo con palabras y acciones.
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En algunos casos pueden dañar su propiedad, tomar el producto que adquirió con el préstamo o amenazarlo de muerte junto a familiares.
¿Cómo se puede acabar con esta modalidad informal de préstamos?
El ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, durante su intervención en el evento realizado en España Diálogos con el sector bancario, por el progreso económico y social, expresó “queremos combatir el gota a gota; buscar la manera de hacer inclusión financiera, con tasas de interés competitivas”.
“Recorrer ese camino sería más fácil si en Colombia existieran más bancos públicos”, aseveró el ministro y agregó, “quedan pocos bancos públicos. Está el Banco Agrario, pero es pequeño”.
Su llamado es a que entidades financieras reduzcan las tasas de interés de préstamos beneficiando los bolsillos de colombianos que no cuentan con una tarjeta o cuenta bancaria.
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