La elección del color de los coches no está directamente relacionada con la prevención de accidentes y robos, según datos del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (CESVI).

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Los mitos urbanos que sugieren que los coches negros tienen más accidentes no son ciertos. De hecho, las tonalidades que sufren mayor frecuencia siniestral son el gris, blanco y plata, pero esto se debe a que son los colores más comunes en el parque automotor.

Lo que sí influye en la protección del coche es la pintura, que es un sistema de varios pasos, cada uno con un valor diferente para lograr un acabado final que brinde la protección necesaria. La primera capa es la base, que protege la lámina de la corrosión y garantiza una adherencia y cobertura correcta del color. La segunda capa es el color, que depende del gusto y personalidad del comprador. Finalmente, la tercera capa es el barniz, que protege el color del medio ambiente y es la más importante para evitar el desgaste de la pintura con el tiempo.

Es importante que tanto los productores de pintura automotriz como los dueños de coches analicen el impacto de esta actividad en el medio ambiente y en la salud humana, y promuevan el uso de productos amigables. Erica González, responsable de marketing de pinturas para Colombia, Ecuador y Venezuela en BASF, destaca la importancia de generar soluciones que contribuyan a mejorar la calidad, el aspecto, la resistencia y la durabilidad de la pintura automotriz, sin dañar el medio ambiente y la salud humana.

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En resumen, la elección del color de un coche no influye en la prevención de accidentes y robos, sino que lo que importa es el proceso de pintura en sí mismo y su impacto en el medio ambiente y la salud humana.

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