Guillermo Ponce de León empezó desde 1950 un negocio familiar luego de que intercambió una estación de servicio por una fábrica de levadura en las afueras de Bogotá, según cuenta el sitio web de la empresa.
Lo cierto es que ese paso le abrió camino a Levapan, fundada en 1953 y que construyó su primera planta en Tuluá (Valle del Cauca) en 1955, movimiento que marcó el posterior crecimiento de la organización.
Así, ha llegado a facturar 300 millones de dólares anualmente, según contó el presidente de Levapan, Carlos Mejía, en entrevista con Forbes. Allí explicó cómo han avanzado en sus 70 años de historia.
La compañía ha llegado a más de 50 países en el mundo con sus negocios con los que, de acuerdo con lo que afirmó en ese medio económico, “espera doblar su negocio en los próximos cinco años con inversiones cercanas a los 50 millones de dólares”.
¿Qué negocios tiene Levapan en Colombia y a nivel internacional?
La empresa familiar ha alcanzado esas cifras millonarias apoyada en tres líneas de negocio que son la panadería (con la producción de levadura), la biotecnología y el consumo masivo.
Curiosamente, según indicó el presidente de Levapan, ese último es el que mejor se mueve para la empresa, pues representa un 50 por ciento de su facturación gracias a que tienen marcas como San Jorge y Respin en las que compiten en categorías como salsas sazonadoras, conservas, gelatinas, mermeladas y comida para bebés.
Por su parte, la panadería lleva ingresos por un 35 por ciento para la organización, que cuenta con plantas de producción no solo en Colombia (tres), sino también otras en Ecuador, República Dominicana y Venezuela.
Sumado a esa presencia en el exterior, la internacionalización les ha permitido llegar con su levadura a más de 50 países como Estados Unidos y otros en Europa y el Sudeste Asiático.
Por último, la biotecnología le permite facturar un 15 por ciento de sus ingresos a Levapan anualmente, en uno de las líneas de negocio que, con 20 años de desarrollo, es la que lleva menos tiempo en la empresa.
“Ahí producimos bioingredientes a partir de la levadura que van, principalmente, a tres industrias: alimentos, cosmética y farmacéutica. En las dos últimas nos estamos expandiendo”, contó Mejía en Forbes.
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