
Una práctica tristemente común entre algunos usuarios de billeteras digitales como Nequi, Daviplata o dale! está tipificada como delito en Colombia: quedarse con el dinero recibido por error en una transferencia.
Aunque este tipo de equivocaciones son frecuentes —producto de errores de digitación al ingresar el número de destino—, muchas personas desconocen que negarse a devolver esos recursos constituye una conducta penal.
(Vea también: Previenen a clientes de bancos en Colombia que ya usan Bre-B: esto deben hacer si los roban).
Según el Código Penal colombiano, en su artículo 252, esta acción se considera “aprovechamiento de error ajeno o caso fortuito”, y puede acarrear penas de prisión entre 16 y 36 meses, siempre que el monto no supere los 10 salarios mínimos mensuales legales vigentes.



Aunque plataformas como Nequi pueden actuar como intermediarios para contactar al receptor, la devolución depende completamente de la voluntad de esa persona, ya que las aplicaciones no están autorizadas para debitar fondos sin permiso, detalla Portafolio.
Se trata de un delito querellable, lo que significa que el afectado debe presentar la denuncia formal ante la Fiscalía dentro de los seis meses siguientes al hecho, o perderá el derecho a reclamar, añadió ese medio.
Abogados advierten que este plazo es estricto, salvo en casos excepcionales de fuerza mayor. Por tanto, el simple acto de no devolver un dinero recibido por error podría tener serias consecuencias legales, apunta ese periódico.
Por qué las aplicaciones y billeteras móviles ganan terreno en Colombia
En los últimos años, los bancos han experimentado un notable aumento en los movimientos dentro de sus aplicaciones móviles y billeteras digitales, impulsado principalmente por la transformación digital del sistema financiero, el cambio en los hábitos de los consumidores y el auge del acceso a internet y teléfonos inteligentes.
Los usuarios buscan cada vez más soluciones rápidas, cómodas y seguras para realizar sus transacciones diarias, como pagos, transferencias, consultas de saldo, recargas y compras en línea. En este contexto, las aplicaciones móviles han dejado de ser un complemento y se han convertido en el canal principal de interacción entre los clientes y las entidades financieras.
Esta tendencia se aceleró durante y después de la pandemia, cuando se redujo el uso del efectivo y se priorizaron las operaciones sin contacto, impulsando la digitalización bancaria.
Además, las billeteras móviles como Nequi, Daviplata, dale! o Powwi han crecido vertiginosamente porque permiten realizar transacciones sin necesidad de una cuenta bancaria tradicional, facilitando el acceso financiero a millones de personas no bancarizadas o con bajo historial crediticio. Estas plataformas han democratizado el uso del dinero digital, y su éxito ha obligado a los bancos a invertir más en tecnología para mejorar la experiencia del usuario, aumentar la seguridad, ofrecer nuevas funcionalidades y competir con las fintech.
Sumado a esto, el desarrollo de sistemas como códigos QR, pagos sin contacto y transferencias inmediatas ha ampliado el uso cotidiano de estas herramientas.
El aumento de movimientos refleja no solo una mayor confianza de los usuarios en los canales digitales, sino también una creciente necesidad del sistema bancario de adaptarse a las nuevas dinámicas económicas y sociales. Así, los bancos no solo buscan ofrecer servicios eficientes, sino también fidelizar a sus clientes en un entorno cada vez más competitivo, ágil y centrado en la experiencia móvil.
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