En medio de las realidades de la economía en Colombia y aunque la inflación de noviembre mostró una ligera desaceleración respecto a octubre, desde el Banco de la República parecería claro que la meta inflacionaria del 3 % para este año no se alcanzará.
En ese contexto, analistas del Banco de Bogotá consultados por el diario La República estiman que el banco central adoptará una postura más rígida en su política monetaria durante 2026. En concreto, se contempla un alza de 25 puntos básicos en la tasa de interés de intervención, que actualmente está en 9,25 %, con miras a situarla en 9,5 % desde enero próximo.
El argumento principal es el crecimiento acelerado de la demanda interna, que habría superado en el último trimestre el ritmo de expansión de la economía. Ese desbalance, sumado a una inflación persistente, presiona al banco central a reaccionar.
“El auge de la demanda ha superado la capacidad productiva del país, impulsando las importaciones, en especial las de consumo, generando un deterioro del balance externo. Lo anterior estaría jalonando la inflación, con ejemplos como la inflación de bienes que sube a pesar del debilitamiento del dólar o algunos rubros de servicios que no ceden pese a la menor base de indexación”, aseguró Camilo Pérez, director de investigaciones económicas del banco.
Además, existe la incertidumbre derivada del ajuste al salario mínimo para 2026: si el incremento salarial resulta elevado, las presiones sobre precios y costos podrían intensificarse aún más.
Según lo declarado por economistas de Banco de Bogotá, una decisión de este tipo podría no ser un único movimiento. Se estima que además del alza en enero, podrían producirse nuevos aumentos de 25 puntos básicos en marzo y abril. Luego, a partir de mayo, la idea sería mantener estabilidad, a la espera de datos que indiquen una moderación de la inflación o señales de una política fiscal más prudente.
Si esto se concreta, la tasa de intervención volvería a subir tras varias bajadas que en años recientes buscaron impulsar la recuperación económica. Mantener o elevar la tasa de referencia representa el esfuerzo del banco central por frenar desequilibrios entre demanda y oferta, así como limitar el impacto inflacionario. La decisión tiene en cuenta tanto la evolución de precios como la dinámica del consumo interno y la estructura salarial del país.
Así, aunque los datos más recientes de inflación muestran una leve desaceleración, persisten los desafíos estructurales: la presión de demanda, el ajuste salarial y la persistencia inflacionaria hacen que una nueva alza de la tasa de interés del Banco de la República luzca cada vez más probable.
Si se concretan los incrementos, los efectos se verán tanto en préstamos y financiamiento como en los costos de crédito, lo que puede influir en decisiones de consumidores, empresas y en el ritmo del gasto e inversión en Colombia.
¿Cómo afectan las tasas de interés los créditos?
Las tasas de interés influyen directamente en el costo total de los créditos, en el monto que se paga mes a mes y en la facilidad con la que personas y empresas pueden acceder a financiamiento. Cuando las tasas suben, los préstamos se vuelven más costosos; cuando bajan, se facilita el endeudamiento y suelen aumentar las solicitudes de crédito.
Cuando Banco de la República sube su tasa de referencia (la llamada “tasa de intervención”), ese cambio suele trasladarse a las tasas de interés que ofrecen los bancos a los clientes, elevando el costo de los préstamos.
Ese aumento encarece créditos de consumo, tarjetas, préstamos para vehículo, vivienda u otros. Las cuotas mensuales suben y se incrementa el pago total durante la vida del crédito.
En consecuencia, muchas familias y empresas disminuyen su demanda de préstamos: se vuelve más caro endeudarse, lo que puede reducir el consumo, la inversión y hasta frenar proyectos de vivienda, negocios o compras importantes.
Para créditos hipotecarios denominados en Unidad de Valor Real (UVR), la tasa de interés es clave, pero su valor también varía con la inflación. Si la inflación sube, aun con tasa moderada, la deuda en pesos puede aumentar.
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