Escrito por:  Redacción Economía
Nov 11, 2025 - 4:17 pm

La industria del acero en América Latina se caracteriza por tener las mismas propiedades que las del material con el que trabaja: es altamente resistente (soporta grandes cargas e impactos), pero también es maleable y dúctil para sobrevivir y adaptarse a los permanentes cambios y retos que le impone el entorno. Sin embargo, un factor que afecta a todas las ramas de la industria en el mundo tiene peligrosamente amenazadas a las acerías del continente: China.

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Así quedó evidenciado en el Alacero Summit 2025, que tiene lugar en Cartagena, y que reúne a líderes de la industria y expertos internacionales con el objetivo de fortalecer la colaboración regional y construir estrategias para enfrentar los desafíos que impactan a la cadena de valor del acero en la región. La situación es tan preocupante que entre los participantes ya se escucha hablar de la “desindustrialización” de ese sector en el continente.

Y es que los datos generales que se ofrecieron hicieron sentir al Centro de Convenciones Cartagena de Indias, donde tiene lugar el evento, como un alto horno: en los últimos 15 años, las exportaciones de acero terminado y semielaborado desde China hacia la región crecieron 233 %, al pasar de 4 millones de toneladas en 2010 a 14,1 millones en 2024. Esta avalancha de producto subsidiado y con precios artificialmente bajos ha desplazado la producción local, debilitando cadenas de valor industriales, lo que pone en riesgo 1,4 millones de empleos directos e indirectos.

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Por eso, no es exagerado decir que la industria del acero en América Latina atraviesa uno de los momentos más críticos de su historia reciente, con un agravante: sobre ella pesa una amenaza que se acentúa con la proyección de la OCDE que estima que la sobrecapacidad mundial de acero alcanzará 721 millones de toneladas en 2027, un escenario en el que los países que tengan menores defensas serán el objetivo del desvío de comercio desde los países y regiones que sí establezcan barreras efectivas.

La situación de Colombia, por ejemplo, es más entendible (y preocupante) a la luz de unos datos sencillos. El país produce solo el 0,09 % del acero mundial, con un vecino como Brasil que produce el 9,8 % y frente a China que representa el 56 % de esa producción mundial. En el Alacero Summit 2025 de Cartagena también trascendió que solo en agosto pasado, el acero importado representó el 40,8 % estimado del consumo de laminados de América Latina, valor récord histórico.

China hace comercio desleal por impulsar una serie encadenada de subsidios

Marcela Mejía Valencia, gerente de Siderúrgica de Occidente (Sidoc) y directiva de la Cámara Colombiana de Productores de Acero, lamentó que a Colombia, afectada por la caída en la construcción, también esté llegando acero importado de Rusia como consecuencia de su guerra contra Ucrania. Además, advirtió que “las medidas de defensa comercial son instrumentos obsoletos que, en el caso de Colombia, están regidos por una normatividad de los años 90 y no obedecen a la realidad de lo que está pasando en el mundo y al tamaño de las consecuencias que puede tener todo este tema”.

La Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero) aseguró que producir acero y productos finales de su cadena de valor no es una decisión basada en la oferta y la demanda, sino en la premisa de generar empleo y desarrollo en un país. Pero en el caso de China se habla de comercio desleal porque impulsa una serie encadenada de subsidios que le permiten vender al mundo por debajo de los costos reales de producción.

Así, según Alacero, la producción de acero y todos los productos de su cadena de valor terminan inundando el mercado internacional a un precio por debajo de su costo de producción real. Pero esto trae otra grave consecuencia: provoca la “desindustrialización” de la región. También sostiene en uno de sus documentos que “China sobreproduce acero para un mundo cuya demanda no puede absorber el excedente. Con todo el entramado de subsidios, el acero chino y sus derivados inundan el mercado global a precios de ‘dumping’, como resultado de una política sistemática de depredación de la cadena de valor por parte del gobierno chino”.

Por eso, los productores de acero de América Latina reclaman una estrategia integral con países y regiones que compartan las mismas reglas del mercado, como Estados Unidos o Europa, para seguirle creando oportunidades a todo el continente. De lo contrario, se afianzará una perniciosa correlación que advierte Alacero y que seguirá oxidando, cuando no corroyendo, la industria del acero latinoamericano: “China gana; América Latina pierde”.

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