
Esta semana, el peso colombiano se convirtió en la moneda más apreciada entre los mercados emergentes, ganando 2,89 % frente al dólar, que perdió 95,3 pesos y cerró en 3.974 pesos, según datos de Bloomberg.
Este fortalecimiento del peso se explica principalmente por la fuerte caída del índice DXY —que mide el dólar frente a otras monedas— debido a expectativas de recortes de tasas por parte de la Reserva Federal y medidas proteccionistas del presidente Donald Trump, como nuevos aranceles para promover exportaciones.
(Vea también: Guerra de Trump resultó impulsando negocio de mucha plata en Colombia (es 100 % legal)).
Factores locales también influyeron: la alta tasa de interés del Banco de la República, que sigue siendo de las más altas de América Latina, aumentó la demanda de pesos al ofrecer mayores retornos a inversionistas, además de la estabilidad reflejada por la calificación soberana de Colombia en BB+ según S&P.




Sin embargo, persisten riesgos: tensiones diplomáticas entre Colombia y EE.UU., rebajas de calificación crediticia por parte de S&P y Moody’s y un contexto fiscal desafiante.
Aunque algunos analistas proyectan que el dólar podría bajar incluso hasta los 3.700 pesos, prevén que por estas tensiones el dólar se mantenga alrededor de los 3.900 o 4.000 pesos.
Episodios similares de apreciación del peso ya se habían visto, como en el pasado enero tras la posesión de Donald Trump.
Por qué peso colombiano sube o baja ante el dólar
El valor del peso colombiano frente al dólar fluctúa constantemente por la interacción de factores internos y externos. Internacionalmente, cambios en el índice DXY —que mide la fortaleza global del dólar— afectan directamente su cotización; por ejemplo, si el dólar se debilita frente a otras monedas, el peso tiende a apreciarse.
Además, decisiones de política monetaria en Estados Unidos, como subidas o recortes en las tasas de interés de la Reserva Federal, influyen en la atracción de capital hacia activos en dólares o hacia monedas emergentes como el peso.
A nivel local, las tasas de interés del Banco de la República juegan un papel clave: tasas altas hacen más atractivo invertir en pesos, impulsando su demanda y revaluación. Factores políticos y fiscales internos —como la estabilidad del gobierno, decisiones sobre gasto público o cambios en la calificación crediticia del país— también generan confianza o incertidumbre en los inversionistas, impactando el tipo de cambio.
Eventos coyunturales, como tensiones diplomáticas, cambios en los precios del petróleo (principal producto de exportación) o medidas comerciales en el exterior, pueden reforzar o revertir estas tendencias. Por eso, el precio del dólar frente al peso colombiano refleja un equilibrio que se ajusta constantemente según expectativas y realidades económicas globales y locales.
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